El primer ministro de Grecia se solidariza y pide disculpas a los afectados por los incendios

En la isla griega de Eubea, los habitantes cortan árboles para intentar crear zonas de contencion de fuego y así proteger sus bosques y sus casas. Un grupo de residentes y voluntarios intentan alejar el fuego mortal.
Tras una semana de incendios forestales devastadores, la gente de la isla sigue sintiéndose sola e indefensa.
"Los bomberos están haciendo lo mejor que pueden. Sin embargo, ¡queremos aviones! El fuego está detrás de esta montaña. Si pasa, el fuego vendrá aquí. ¡Necesitamos aviones!", demanda el silvicultor Ioannis Thanos.
"Estamos ayudando todo lo que podemos. Intentamos salvar nuestros pueblos, nuestras casas. La situación está fuera de control, lo puedes ver por ti mismo. Todo el mundo está en la calle, nadie duerme ni de día ni de noche", relata por su parte Kostas Fillos, un voluntario.
Como las llamas no se han extinguido, todavía no se puede calcular cuántas casas han sido destruidas y cuántos miles de hectáreas de bosque han sido quemadas.
Klelia Dimitraki es la alcaldesa de Monokaria. Cuando no está en primera línea luchando contra los incendios, pasa el tiempo con sus conciudadanos en la plaza del pueblo e intenta animarlos.
"Es un holocausto. Todos los pueblos, toda la zona está acabada, terminada. Lo único que decimos hoy es que somos afortunados de estar vivos. Mañana, quizás después de cinco días, los políticos vendrán y harán promesas como " les ayudaremos, reconstruiremos sus casas y sus propiedades". Sin embargo, yo crecí aquí y creo que algunas personas nunca reconstruirán sus vidas", lamenta Dimitraki.
El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, se solidarizó con los miles de afectados por los incendios y, además de prometer fiscalizar cualquier fallo que haya ocurrido durante la gestión de la emergencia, pidió disculpas de forma adelantada.
"Soy el primero en pedir disculpas por cualquier debilidad. Comprendo perfectamente el dolor de nuestros conciudadanos que han visto cómo se quemaban sus casas o sus bienes. Cualquier fallo será identificado y se atribuirán las responsabilidades"
Los habitantes de la zona dicen que en algún momento el fuego se apagará, porque sencillamente no tendrá nada más que quemar. Después de una semana de lucha contra las llamas, muchos están centrando su atención en lo que viene después del incendio. Los vecinos, enfadados, se preguntan si podrán permanecer en sus tierras, si podrán vivir entre cenizas.