Una pulsera que abre puertas, frente a las restricciones por la COVID en Burdeos, Francia

Frente a la imposición de tener que controlar los certificados de vacunación contra la COVID-19 o en su caso un test negativo, para aceder a bares y restaurantes, en la ciudad de Burdeos, en el suroeste de Francia, han tenido una idea: traspasar el código QR a unas pulseras, lo que facilita su control.
Así lo explica este restaurador, Laurent Fournier.
"Esta pulsera está destinada a los clientes habituales, los que acuden a menudo a nuestros establecimientos. Desde el momento en que los clientes nos presentan su tarjeta sanitaria de vacunación, es decir, la tarjeta con el comprobante de las dos dosis de la vacuna, les colocamos esta pulsera que se puede conservar todo el tiempo que se quiere y que permite entrar y salir del establecimiento. "
La ventaja es que los clientes pueden entrar más rapidamente, pero la policía seguirá vigilando para que no se produzcan fraudes y estas pulseras caigan en manos de quienes no hayan sido vacunados.
Por ahora ya se han fabricado 20.000 pulseras que se van a repartir entre 20 establecimientos hosteleros de Burdeos y quizás otros sigan el ejemplo. En Francia también es obligatoria la vacunación o un test PCR para los adultos que quieran entrar en grandes supermercados, teatros, cines y museos, o viajar en tren y en avión.