En la capital peruana, más de 2.300 comedores sociales alimentan a más de 250.000 familias.
Contra el desperdicio de alimentos y para dar a miles de familias algo que echarse a la boca.
La protesta tuvo lugar en Lima, frente al Gran Mercado Mayorista de la capital peruana. La protagonizaron responsables y voluntarios de comedores populares. Su exigencia: que la alcaldía de Lima les autorice a recolectar los alimentos desechados, aún en buen estado.
Los responsables del mercado temen que entregar alimentos provoque aglomeraciones, en estos momentos complicados de pandemia.
_"Lamentablemente con esta subida de precios, el gas, la gasolina, la luz, la gente realmente se muere de hambre. Muchos vecinos y vecinas, en este momento no tienen nada que comer. El aceite es demasiado caro... Las ollas comunes ya no pueden ni cocinar, no hay ni leña. (...) _Nosotros estamos acá para que nos dejen sacar un poco de lo que botan en los tachos de basura, podemos colectar algo", señala Javier Panauka Merma, coordinador de un comedor social.
"De estás ollas comunes se alimentan cientos de familias, son más de 2.300 ollas comunes que alimentan a más de 250.000 familias a nivel de Lima metropolitana", explica Fortunata Palomino, responsable del comedor de beneficencia Carabayllo.
La COVID-19 ha disparado la pobreza en Perú. En un año, pasó del 20% al 30% de sus 33 millones de habitantes.