ERMIS II o el proyecto que promueve la accesibilidad como un derecho humano

En colaboración con The European Commission
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Por Aurora VelezEuronews
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La belleza de las playas chipriotas es conocida. En Palalimni son accesibles para personas con movilidad reducida. Avros quedó parapléjico tras sufrir un accidente laboral y utiliza una aplicación para encontrarlas.

La belleza de las playas chipriotas es conocida. En Palalimni son accesibles para personas con movilidad reducida. Avros quedó parapléjico tras sufrir un accidente laboral y utiliza una aplicación para encontrarlas. A menudo, las personas que se encuentran en su misma situación, no pueden disfrutar de ir a la playa.

“Por supuesto, necesitas un camino adaptado porque no es fácil rodar por la arena. No puedes hacerlo con una silla de ruedas”, Avros Shiathas, ciudadano con minusvalías que utiliza las instalaciones creadas en el marco de ERMIS II.

Gracias al proyecto europeo ERMIS II, en Palalimni han habilitado rampas, zonas de descanso y, sobre todo, una silla de ruedas sobre raíles, que se controla con un mando a distancia. Esto permite un acceso totalmente independiente al agua.

El equipo llamado Seatrac consiste en una 'silla anfibia' que pueden utilizar, también, las personas mayores, las embarazadas y cualquier otra persona que necesite más seguridad para poder meterse en el mar.

“Si no tienes equipo o máquinas como estas, necesitas ayuda de otras personas para meterte en el agua. Tienen que llevarte. A algunas personas no les gusta recibir ayuda de la gente y otras personas no se sienten bien pidiendo ayuda. Así que, al poder usar esta máquina por tu cuenta, vuelves a sentirte libre e independiente”, añade Avros Shiathas.

Cinco playas de Chipre y dos de la isla de Siros, en Grecia, han puesto en marcha este proyecto de turismo inclusivo para todos. El presupuesto total ronda los 600 000 euros. El 84,9 % de esta cantidad fue aportado por la Política de Cohesión de la Unión Europea. Además de las rampas de acceso y las zonas de descanso, el proyecto ofrece 24 sillas de ruedas gratuitas para acceder a la arena y poder tomar parte en las actividades al aire libre y 7 unidades de Seatrac: las llamadas ‘sillas anfibias’.

Un reto de ingeniería, construido en acero inoxidable para contrarrestar la sal y la humedad del entorno marino. El "Seatrac" puede montarse y desmontarse en pocas horas y se alimenta por medio de un panel solar.

"El panel solar es la solución ideal, porque, en primer lugar, es ecológico y no tiene impacto en el medio ambiente. En segundo lugar, hay que aprovechar el sol para no depender de la red eléctrica. No deseas quedarte sin energía cuando una persona en silla de ruedas se mete en el mar y el aparato se detiene porque no le queda energía", afirma Ignatios Fotiou, director ejecutivo de TOBEA.

El otro reto del proyecto era convencer a los municipios de la zona del interés a la hora de invertir en instalaciones para personas con movilidad reducida. George es el responsable de las playas de Paralimni, ciudad que se beneficia de ello en términos turísticos.

"La instalación de esos sistemas ha atraído a gente con problemas de movilidad, no solamente de Chipre, sino también del extranjero. Ahora esos sistemas son conocidos, por lo que vienen familias con personas que tienen problemas de movilidad. Nuestra zona se publicita por el servicio que ofrecemos y la gente se siente atraída, a la hora de venir, por este motivo", señala George Economou, supervisor de playas.

En torno a unas 15 personas con problemas de movilidad utilizan los servicios instalados en la zona, para facilitar su acceso a la playa, cada día.

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