Desde el barrio marginal de Lunik IX, en la ciudad eslovaca de Kosice, el Papa reconoció "no es fácil ir más allá de los prejuicios, incluso entre los cristianos" y denunció que la comunidad gitana es ""demasiadas veces objeto de estereotipos discriminatorios y gestos difamatorios"
Con una pancarta que rezaba " Francisco, bienvenido entre nosotros", asi acogía el mayor gueto gitano de Centroeuropa al papa.
En su tercer día de vista a Eslovaquía, el pontífice quiso mezclarse con los pobres entre los más pobres en el barrio de Lunik IX, en la ciudad de Kosice. Entre los asistentes a la ceremonía no había ningún miembro del Gobierno.
El sencillo escenario para la recepción, instalado en el exterior del centro de los Salesianos que ayuda a esta comunidad, contrastaba con los feos bloques de hormigón armado y en mal estado de conservación donde viven hacinados en condiciones precarias unas 4.500 personas,
En este barrio marginal, sin agua corriente ni electricidad y donde el desempleo alcanza el 80%, Francisco lanzó un mesaje contra la discriminación. Aunque reconoció "no es fácil ir más allá de los prejuicios, incluso entre los cristianos".
El papa denunció que la comunidad gitana es "demasiadas veces objeto de estereotipos discriminatorios y, de palabras y gestos difamatorios".
Francisco invitó a los gitanos "a ir más allá de los miedos, más allá de las heridas del pasado, con confianza, un paso tras otro: en el trabajo honesto, en la dignidad de ganarse el pan cotidiano, alimentando la confianza recíproca".
Durante el discurso de Francisco un niña de un edificio contiguo empezó a gritar en español "¡Viva el Papa!" .
La comunidad romaní representa el 10 por ciento de los habitantes de Eslovaquia.