Los comicios llegan de manera anticipada en respuesta a las protestas de 2019 que se saldaron con 600 muertos.
25 millones de votantes están llamados a las urnas en Irak para elegir a un total de 329 diputados en las legislativas de este domingo. Se espera sin embargo que voten muchos menos, ya que, según los expertos, la abstención será muy alta.
El primer ministro saliente, Mustafá al-Kadhimi, votaba en la ultrasegura zona verde de Bagdad, animando tras depositar su papeleta a "aprovechar esta oportunidad para el cambio".
Y es que estas elecciones, anticipadas, responden a las demandas de hace dos años de miles de iraquíes que clamaban contra la corrupción política, la falta de servicios públicos y la salvaje crisis económica. Aquellas protestas se saldaron con al menos 600 muertos y cerca de 30.000 heridos.
Muchos temen que el fraude vuelva a ser el gran protagonista y que los políticos se repartan el poder según les convenga, de ahí la baja participación. Por lo pronto, los colegios electorales contarán con observadores de la Unión Europea, y destacan también las fuertes medidas de seguridad, siempre atentos a cualquier tipo de ataque del autodenominado grupo Estado Islámico. Los aeropuertos, restaurantes y centros comerciales deben permanecer cerrados, y están prohibidos los viajes entre provincias.
Los resultados preliminares se darán a conocer la tarde del lunes, mientras que para los definitivos habrá que esperar otros 10 días.