Mientras los líderes mundiales buscan cómo frenar la crisis climática en la COP26 de Glasgow, en la península de Yucatán, en México, también se libra una batalla para salvar los manglares.
Cuando un olor a huevo podrido sale de los manglares del sureste de México, algo va bien. Significa que este hábitat costero clave para amortiguar el impacto de los huracanes se recupera y está capturando dióxido de carbono, el principal causante del calentamiento global.
Mientras los líderes mundiales buscan cómo frenar la crisis climática en la COP26 de Glasgow, en la península de Yucatán, en México, también se libra una batalla para salvar los manglares.
"Somos un grupo de mujeres que trabajamos para restaurar el manglar para que vengan más manglares y más especies, como las aves. Ahora vienen muchos pájaros", comenta feliz Martina Cohuo, una de las mujeres que colaboran en la restauración de los manglares.
Hace décadas, enormes manglares bordeaban estas costas, pero hoy sólo quedan delgadas líneas de árboles junto al mar. Los manglares necesitan una red de canales entrelazados donde se mezcla el agua dulce y la salada. Excavarlos es un trabajo duro y mal pagado. Este grupo de mujeres aceptó el reto de sembrar de mangle en montículos de barro unidos por una malla. Su trabajo recibe el apoyo de académicos y grupos ecologistas.
Un filtro de contaminantes, una protección contra los huracanes
"Los manglares son el primer nivel de protección de los eventos que vienen del océano a la tierra; también reflejan la retención de contaminantes que vienen de la tierra. Los manglares son un filtro, una cortina para el aire, pero por otro lado, son realmente productivos, lo que significa que albergan mucha vida. Como el suelo está inundado y no permite que la materia orgánica se oxide, se descomponga y pase a la atmósfera, esto hace que el manglar sea uno de los ecosistemas que más carbono acumula en el suelo y que más rápidamente absorbe el carbono. Tienen una tasa de captura y secuestro de carbono realmente alta", explica Jorge Herrera, conservacionista.
Cuando el desarrollo económico amenaza los manglares
En México, como en gran parte del mundo, la mayor amenaza para los manglares es el desarrollo. En los últimos seis años, México ha recortado en un 60% los recursos destinados a la conservación del medioambiente, según los expertos. Eso, combinado con el creciente apoyo gubernamental a la energía de los combustibles fósiles y los proyectos de infraestructura y turismo en curso en la región, está haciendo sonar las alarmas.