Se ha abierto una nueva fisura en el cono principal y un terremoto de 5 grados ha sacudido la isla española
Ruge alto y fuerte el volcán de La Palma, y sin visos de terminar. Después de diez semanas, la actividad volcánica no muestra signos de disminuir, según los especialistas, y la sismicidad ha crecido, con un terremoto de magnitud 5 en la mañana del lunes, el más sentido por la población hasta la fecha.
El flujo de lava ha aumentado en las últimas horas después de que se abriera un nuevo respiradero en el cono principal durante la madrugada del domingo. Es la segunda fisura que se abre en 48 horas.
El magma es más fluido, ha ganado velocidad y avanza hacia zonas hasta ahora vírgenes. "Desde ayer nos ha sorprendido este nuevo foco de emisión en la zona noreste del cono del volcán que ha provocado que esta nueva colada de lava salga de la zona que estaba afectada hasta ahora. Aunque el avance es lento, está ocupando zonas que hasta ahora no estaban afectadas", explica el Comandante de la Unidad Militar de Emergencias Manuel Burgos Arranz.
La emisión de dióxido de azufre se ha vuelto a disparar.
Desde que el Cumbre Vieja entrara en erupción el 19 de septiembre, los científicos han identificado al menos 11 flujos de lava diferentes, que han cubierto casi 1.100 hectáreas de tierra, engullendo a su paso miles de casas, carreteras, y plantaciones fundamentales para la economía de la isla.