Ilona Taimela intercambió centenares de mensajes durante más de un año con sus alumnos en Siria, hijos de finlandeses miembros de la organización yihadista Dáesh.
PUBLICIDADFinlandia ha impartido clases clandestinas a niños del autodenominado Estado Islámico -Dáesh- en Siria. Desde su casa, en los suburbios de Helsinki, Ilona Taimela intercambió centenares de mensajes frente a su portátil durante más de un año con sus alumnos en Siria, hijos de finlandeses de miembros de la organización yihadista.
En secreto y a través del servicio de mensajería, se pidió el año pasado a esta maestra que diera clases a niños detenidos en el campo sirio de Al-Hol, y custodiados por las fuerzas kurdas.
"Algunos de ellos no sabían lo que era un edificio, lo que era una casa, porque siempre estuvieron en una tienda de campaña. Entonces tuvimos que explicarles qué es una vivienda, no sabían lo que es una cama, una silla, una mesa, una cocina. Había muchas cosas que necesitaban aprender", explica Taimela.
El campo de Al Hol, superpoblado, carente de higiene y escenario de violencias, alberga a más de 60.000 desplazados, un tercio de los cuales son niños de madres extranjeras que llegaron a Siria para casarse con combatientes yihadistas del Dáesh.
“Desde el primer día que comenzaron eran muy activos y nos enviaban mensajes de voz. Los niños decían, como, '¡Hola!’, así que escuchar sus voces resultaba muy agradable al ver que estábamos enseñando. charlábamos y decíamos '¿Cómo estás?', 'Encantado de conocerte", relata Taimela.
A mediados de este año, esta enseñanza a distancia terminó por falta de alumnos y el proyecto se hizo público. Taimela busca ahora saber cómo puede utilizar este modelo en otras regiones en crisis. Incluso, ya ha recibido solicitudes de Grecia, Birmania y Colombia.
Momento 'Eureka'
Tras varios meses de curso, la madre de una niña de seis años reveló a la profesora que su hija ya sabía leer.
"Fue un momento eureka", dice Taimela
Para esta profesora, que asegura sentir más tristeza que cólera ante estas madres, muchas de ellas eran vulnerables y "su religión les prometía una especie de paraíso".
Aunque Ilona Taimela se había hecho a la idea de que jamás tendría noticias de los niños repatriados, en julio de 2020, fue llamada a un centro de acogida en Finlandia.
Ahí encontró a algunos de sus alumnos por primera vez. "Fueron algunas horas repletas de emociones", recuerda.
El ministerio finlandés de Exteriores ha repatriado hasta ahora a 23 menores y siete adultos. Según Tanner, solo quedan unas 15 personas, entre ellas diez niños, difícilmente localizables en los campos de Siria.