Las dificultades económicas han obligado a la gente a buscar nuevos trabajos para ganarse la vida y casi nueve millones de personas corren el riesgo de padecer hambruna
Desde que los talibanes se hicieron con el control de Afganistán, la incertidumbre se ha apoderado de la gente.
Muchos jóvenes, como estos estudiantes universitarios, se encuentran en una etapa crucial y están preocupados por el futuro. Algunos sienten que la guerra y este nuevo régimen pueden haber puesto fin a sus carreras.
Pero esta no es su única preocupación, el invierno se acerca y Afganistán se enfrenta a una gran hambruna.
Babar Baloch, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha informado de que se espera que las temperaturas desciendan hasta los 25 grados bajo cero, y "muchas familias desplazadas carecen de refugios adecuados, primordiales para sobrevivir al frío".
"La crisis humanitaria se agrava cada día en Afganistán. El hambre ha alcanzado niveles sin precedentes. Casi 23 millones de personas, es decir, el 55% de la población, se enfrenta a niveles extremos de hambre, y casi nueve millones de ellos corren el riesgo de padecer hambruna", ha añadido.
En todo el país, las dificultades económicas han obligado a la gente a buscar nuevos trabajos para ganarse la vida. En Kandahar, algunas personas han recurrido incluso a la cosecha de opio.
"Vine por la mañana para ganar algo de dinero para mis padres, cuenta Ahmad Wali, estudiante. "Iba a la escuela la mitad del día, me preparaba para el examen de ingreso la otra mitad del día hasta la noche, pero ahora la situación es tal que tengo que hacer otra cosa, y trabajo para cultivar opio".
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados ha pedido "mucho más apoyo" para las decenas de miles de desplazados en 2021 por el conflicto de Afganistán.