La explosión de un camión cisterna que transportaba combustible sesgó la vida de al menos 60 personas y dejó más de 100 heridos en Haití.
La explosión de un camión cisterna que transportaba combustible sesgó la vida de al menos 60 personas y dejó más de 100 heridos en Haití. Además, alrededor de 20 casas quedaron destruidas por la onda expansiva y el fuego. Este incidente se produce en un momento en el que la nación caribeña atraviesa una profunda crisis de escasez de combustible provocada por las bandas criminales.
"Observé en el lugar entre 50 y 54 personas quemadas vivas. Es imposible identificarlas", declaró Patrick Almonor, vicealcalde de Cap-Haitien, segunda ciudad del país duramente castigada también por la inseguridad y la crisis económica, así como por catástrofes naturales.
Según Almonor, el conductor del camión cisterna presuntamente intentó evitar una colisión con un mototaxi, perdiendo el control de su vehículo, que volcó en la ruta.
Luego, los residentes corrieron hacia el camión, a pesar de las advertencias del conductor, para recuperar el combustible, un bien sumamente preciado, antes de morir gran parte en la explosión.
"Una veintena" de domicilios en los alrededores también se incendiaron tras la explosión, según Almonor, lo que deja prever un saldo mayor de víctimas. "No estamos todavía en capacidad de dar detalles sobre el número de víctimas en el interior de las viviendas", añadió.
El hospital Justinien, hacia donde fueron trasladadas numerosas víctimas de la explosión, estaba desbordado frente al flujo de heridos, muchos de ellos en estado crítico.
Haití, el país más pobre de América Latina, enfrenta una fuerte escasez de combustibles, debido a que pandillas acaparan una parte de la red de suministro.
En los últimos meses, las bandas armadas han aumentado considerablemente su control sobre Puerto Príncipe, controlando las carreteras que conducen a las tres terminales petroleras del país.
Secuestros de conductores
En las últimas semanas más de una docena de vehículos de transporte de combustible fueron secuestrados por bandas que exigieron fuertes rescates para la liberación de los conductores.
Esto despierta un fuerte descontento entre la población de Haití, que también fue escenario el lunes de manifestaciones contra el aumento de los precios de la gasolina.
Desde octubre, las redes de telecomunicaciones y los medios de comunicación han reducido drásticamente sus actividades en todo el país, por no poder encontrar combustible para los generadores térmicos que abastecen de electricidad a las antenas.
Pero además, esta crisis energética también está obstaculizando el funcionamiento de las pocas estructuras hospitalarias del país.
Haití ya había sufrido un golpe de extrema dureza el 12 de enero de 2010 por un terremoto que devastó Puerto Príncipe y varias localidades de Haití, matando a más de 200.000 personas y ahondando la crisis económica local.
Se suma la profunda crisis política reinante desde entonces y que tuvo su clímax en julio cuando un comando asesinó al presidente haitiano Jovenel Moses en un incidente aún bajo investigación y que tuvo participación de extranjeros.
Además la inseguridad está en niveles altísimos. El reciente surgimiento de los secuestros en Haití pone de relieve el creciente dominio de las bandas que controlan buena parte del país. Este año han cometido 782 secuestros a cambio de dinero -el último más relevante fue en octubre de 17 misioneros norteamericanos (16 estadounidenses y un canadiense)-.
Estos factores han generado una ola de migración masiva de haitianos hacia otros países latinoamericanos y hacia Estados Unidos.