Kazajistán declara el estado de emergencia en todo el país y pide ayuda a la alianza militar que lidera Rusia para aplacar la revuelta social desatada a raíz de la subida de los precios del gas licuado.
El presidente de Kazajistán pide ayuda a la alianza militar que encabeza Rusia para aplastar la revuelta social que ha desatado la subida de los precios del gas licuado. Mientras miles de personas asaltaban e incluso incendiaban edificios gubernamentales en ciudades como Almaty, la antigua capital, Kasim-Yomart Tokáyev extendía el estado de emergencia a todo el país e invocaba a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. Acto seguido se dirigió a la nación:
- "Hoy he hecho un llamamiento a los jefes de los Estados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva para que ayuden a Kazajistán a superar esta amenaza terrorista. De hecho, no se trata de una amenaza, sino de un atentado contra la integridad territorial. Y, lo que es más importante, es un ataque a nuestros ciudadanos, que me piden a mí, el jefe de Estado, que les ayude urgentemente", afirmaba Kasim-Yomart Tokáyev.
El presidente kazajo ha reconocido que hay muertos y heridos, pero sin dar cifras. Las protestas estallaron tras el incremento de los precios del gas licuado el pasado uno de enero y prosiguieron a pesar de la renuncia del Gobierno y de la revocación de la subida. Los manifestantes exigen el fin del régimen del expresidente Nursultán Nazarbáyev, a quien acusan de seguir gobernando en la sombra.