Ambos comparten muchas ambiciones para este semestre de presidencia francesa de la UE: reducir las emisiones de CO2, un nuevo esquema para Schengen y sentar las bases para una defensa común europea.
Un inicio de presidencia francesa de la Unión Europea (UE) lleno de símbolos. Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen comparten muchas ambiciones para este semestre. Un paso adelante para reducir las emisiones de CO2, un nuevo esquema para Schengen para contrarrestar la inmigración ilegal y sentar las bases para una defensa común europea y una autonomía estratégica ampliada. Esto último parece urgente considerando las tensiones en Ucrania y Kazajistán.
"Estoy siguiendo la situación en Kazajistán con profunda preocupación. Los derechos y la seguridad de los ciudadanos son esenciales. Deben ser garantizados y hago un llamamiento al cese de la violencia y a la contención; la UE está lista para ayudar donde pueda", asegura Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Tanto la crisis de Kazajistán como la de Ucrania están profundamente relacionadas con los intereses políticos rusos.
"Creo que la UE debe hablar con Rusia. Hablar no significa hacer concesiones, hablar significa en primer lugar evaluar nuestros desacuerdos y tratar de construir el futuro. Hay sanciones que existen por la crisis ucraniana y la invasión de 2014: se mantienen, pero necesitamos un diálogo con Rusia que por geografía e historia es un actor ineludible para esta arquitectura de seguridad europea que debemos construir", señala Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Hay una profunda división entre los Estados miembros sobre la relación con Rusia y sobre otras políticas.
"Pese al hermoso cielo azul hoy en París y el bombo y boato de este Estado miembro fundador de la UE, asumir la presidencia del bloque, la tarea de Emmanuel Macron y su equipo será exigente y el estado de ánimo tras las puertas cerradas para los próximos seis meses a veces es desalentador", explica Méabh Mc Mahon, Euronews.