Por mucho que la ayuda humanitaria internacional sea bienvenida, lo que ahora se espera de la comunidad internacional es, ante todo, que se cierre el espacio aéreo sobre Ucrania a Rusia.
Nuestra enviada especial, Valérie Gauriat, nos relata las horas más difíciles de Lviv (Leópolis), la ciudad ubicada al oeste de Ucrania, cercana a la frontera con Polonia.
Valérie Gauriat:
Estoy aquí en lo que no hace mucho era el Centro Nacional de Arte de la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania, un centro muy famoso que ahora se ha transformado en un centro humanitario. Detrás de mí lo que se puede ver son pilas de juguetes, también hay comida, ropa y todo tipo de artículos, pero estos juguetes nos recuerdan que cada vez hay más civiles afectados por esta guerra.
Desde el viernes pasado, otros lugares han sido objeto de ataques aéreos en la región de Kiev, pero también en el sur, como Mariupol, o en Járkov. La población civil se ve cada vez más afectada -cada vez hay más civiles muertos- y al mismo tiempo la avalancha de refugiados sigue fluyendo hacia el oeste de Ucrania, hacia la ciudad de Lviv, donde esta ayuda humanitaria es extremadamente necesaria.
Pero lo que la gente de aquí me dice es que, por mucho que la ayuda humanitaria internacional sea bienvenida, lo que ahora esperan de la comunidad internacional es, ante todo, que se cierre el espacio aéreo sobre Ucrania a Rusia.