En venganza por el hundimiento del Moskva, Rusia ha amenazado con intensificar los ataques en diferentes ciudades. Mientras los ucranianos celebraron la pérdida del buque ruso con un sello conmemorativo.
Las sirenas antiaéreas han sonado durante toda la noche del viernes en Kiev y en las ciudades de los alrededores. Pero también al oeste del país, en Lviv.
Decenas de civiles intentan huir de las ciudades por temor a nuevos bombardeos. La retirada de las tropas rusas permite a las autoriades ucranianas rescatar los cuerpos de las víctimas de la guerra.
El jefe de la policía regional de Kiev, Andriy Nebytov, detalla lo que su equipo ha encontrado en este operativo.
"Quiero decir que el número de civiles asesinados ha superado los 900, y recalco, se trata de civiles, cuyos cuerpos hemos descubierto y entregado para su examen forense. Se trata de más de 900 personas muertas a manos del ejército ruso", declaró.
En venganza por el hundimiento del Moskva, Rusia ha amenazado con intensificar los ataques. Los combates continúan en frentes como el de Járkov, y el número de muertos sigue aumentando.
Para los ucranianos, el hundimiento ha sido un espaldarazo a la moral. Decenas de ciudadanos hicieron cola el viernes para comprar un sello conmemorativo.
Las tropas rusas aún no han conseguido tomar toda Mariúpol, pero el asedio a la ciudad avanza. Si consiguen tomarla, Rusia podría concentrar sus fuerzas en Odessa, en el suroeste del país.
Entre tanto, el Gobierno de Ucrania sigue pidiendo más sanciones y más ayuda militar, que sigue llegando de los países occidentales.
Sin embargo, la Unión Europea sigue siendo reacia a sancionar a Rusia en materia de hidrocarburos. Por su parte, Alemania ha aprobado un drástico aumento del apoyo militar y logístico que prestará a Ucrania.