Está en Villa María del Triunfo y su impulsor es Willy Jeisson Quispe, apasionado de este deporte.
Uno de los barrios más pobres de Lima tiene ahora su propia rampa de skate, gracias al tesón de un soñador.
Estamos en Villa María del Triunfo y Willy Jeisson Quispe es el protagonista de esta historia. Este estudiante de inglés, de 24 años, convenció a su padre para ayudarle a hacer realidad su sueño, con la esperanza de llegar a algo, algún día, en el mundo del skate, su pasión.
La rampa se ha convertido en punto de encuentro para los amantes de este deporte y en inspiración para otros jóvenes que acaban de descubrirlo.
Aunque está abierta a todos, hasta que no se pongan en marcha las medidas de seguridad necesarias, la rampa de Villa María del Triunfo está reservada a patinadores experimentados.