Ucrania dijo que serían canjeados en un intercambio de prisioneros, pero Rusia los considera criminales nazis y dice que podrían ser juzgados e incluso ejecutados
Ucrania les llama héroes y Rusia les llama nazis y criminales de guerra. No está claro qué pasará ahora con los cientos de combatientes ucranianos que se rindieron el martes poniendo fin a semanas de resistencia en la planta siderúrgica de Azovstal, en la ciudad portuaria de Mariupol. Tras entregarse fueron trasladados a territorio controlado por Rusia.
El Ministerio de Defensa de Ucrania dijo que serían canjeados en un intercambio de prisioneros, pero algunos funcionarios rusos han dicho que podrían ser juzgados e incluso ejecutados.
"Se trata de una declaración política, concebida como propaganda interna, con la vista puesta en los procesos políticos internos de la Federación Rusa", ha respondido la viceministra de Defensa de Ucrania Hanna Maliar. "Por nuestra parte, podemos decir que el proceso de negociación está en marcha y que la propia operación de rescate está en marcha."
En el Parlamento ruso parece haber un fuerte apoyo para negarse a incluir a ninguno de los combatientes de Azovstal en un canje de prisioneros. Un rechazo que apoya el propio presidente de la Duma Estatal.
"Los criminales nazis no deben ser intercambiados. Son criminales de guerra y debemos hacer todo lo posible para llevarlos ante la justicia", opina Vyacheslav Volodin, portavoz del parlamento ruso.
El fiscal superior de Rusia ha pedido al Tribunal Supremo del país que designe como organización terrorista al Regimiento Azov, cuyos miembros han resistido en la planta siderúrgica de Mariupol.
El Regimiento Azov se formó en 2014 como una milicia de voluntarios para luchar contra las fuerzas respaldadas por Rusia en el este de Ucrania y muchos miembros originales tenían opiniones de extrema derecha. Desde entonces, la unidad se integró en la guardia nacional ucraniana y sus comandantes dicen que se ha alejado de sus orígenes ultraderechistas.