Yegor Kravtsov narra y dibuja la horrible experiencia de vivir una guerra dentro de Mariúpol, la ciudad de Ucrania que fue reducida a escombros por Rusia. Una angustiosa visión que incluye: cómo se les cayó el techo encima tras ser bombardeados o cómo sus vecinas tuvieron que ser enterradas.
Los horrores del capítulo más sangriento hasta la fecha del conflicto ucraniano se han dibujado en el diario de un niño de ocho años. Yegor Kravtsov escribió este diario personal en Mariúpol mientras las fuerzas ucranianas se defendían cada vez más desesperadamente de las tropas rusas. Ahora, tras huir con su madre y su hermana a Zaporiyia, su diario conserva la angustiosa visión de esa vida bajo el asedio ruso.
Yegor Kravtsov lee una parte de su diario:"Tengo una herida en la espalda, la piel está arrancada. Mi hermana tiene la cabeza rota. Mi madre, mi madre se ha desgarrado los músculos de la mano y tiene un agujero en la pierna".
Ahora están en un lugar relativamente seguro, pero el niño echa mucho de menos a su abuelo que murió a finales de abril. Añora también su ciudad. Especialmente el teatro de Mariúpol, al que le encantaba ir. Ese era su espacio favorito. Un teatro que Rusia bombardeó durante el asedio de la ciudad causando la muerte de cientos de civiles.
Olena Kravtsova, madre de Yegor, señala:"Le encantaba dibujar. Solía dibujar con bolígrafo sobre papel. Nunca le gustaron los lápices de colores ni los rotuladores. Dibujaba tiendas y juegos con su bolígrafo, eso era lo suyo"."Estas son dos de nuestras vecinas, Nadya y Galya. Ambas están enterradas. Primero murió la mayor y luego la otra. Esto es lo último que dibujó".
Antes de huir de Mariúpol, Olena grabó un vídeo de las ruinas de su casa. En él se ve a Yegor dibujar en su diario y todo el techo derrumbado por un misil ruso. No queda mucho y tampoco pueden volver para recontruirla después de que Rusia ocupara la ciudad. Yegor dejó de dibujar. Todavía está en estado de shock, según su madre, y es reacio a hablar de un infierno que no solo quedará grabado en la memoria.