La inseguridad en Burkina Fasso deja casi dos millones de desplazados internos
Tres días de luto nacional en Burkina Fasso tras un atentado el sábado por la noche que dejó al menos 79 muertos en la ciudad norteña de Seytenga, a unos 10 kilómetros de la frontera con Níger.
Los equipos de seguridad aún están hallando cuerpos y no se descarta que el número de fallecidos alcance el centenar.
Según cifras provisionales del Consejo Nacional de Emergencias y Rehabilitación (CONASUR) del Gobierno burkinés, el ataque ocasionó que al menos 3.490 personas (más del 63 % eran niños) se desplazaran a Dori.
Es la segunda matanza más mortífera registrada en un país que ha sido golpeado regularmente por los yihadistas desde 2015.
Ataques yihadistas habituales
La región más golpeada por la inseguridad es la del Sahel, que comparte frontera con Mali y Níger, aunque el yihadismo también se ha expandido a otras áreas vecinas, como la región del Boucle du Mouhoun, desde 2017, y la región Este del país, desde 2018.
En noviembre de 2021, un ataque contra un puesto de la Gendarmería causó 53 muertos (49 gendarmes y 4 civiles), lo que generó un gran descontento social que se tradujo en fuertes protestas para exigir la dimisión del entonces presidente burkinés, Roch Kaboré.
Meses después, el pasado 24 de enero, los militares tomaron el poder en un golpe de Estado -el cuarto en África occidental desde agosto de 2020- y depusieron al presidente.
La inseguridad ha ocasionado que el número de desplazados internos en Burkina Faso ascienda ya a más de 1,9 millones de personas, según las últimas cifras del Gobierno burkinés.