"La bomba atómica es un arma de inhumanidad y de maldad absoluta, con la que el ser humano no puede existir y que no nos permite morir ni vivir como seres humanos", ha dicho una víctima del bombardeo de Nagasaki
Nuevo esfuerzo para prohibir las armas nucleares. Conmovidos, los supervivientes de los ataques con bombas atómicas a Hiroshima y Nagasaki, acudieron a la inauguración de la reunión de los Estados Parte del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares que se celebra durante varios días en Viena.
Reúne a países y miembros no estatales que pretenden no sólo detener la proliferación de armas atómicas, sino prohibirlas por completo.
Alexander Schallenberg, Ministro de Asuntos Exteriores de Austria, ha recordado: "Si miramos el pasado, si miramos la munición de racimo, las minas antipersona... Al principio, la reacción era siempre la misma: Nunca se logrará, olvídalo, los estados lo estaban produciendo, los estados tienen reservas de estas armas. Se está utilizando. No seas ingenuo. O incluso se pensaba que es peligroso abolirlas, que se está debilitando todo el sistema internacional".
Antes del foro principal, el público escuchó los relatos de primera mano de personas que vivieron los horrores de los ataques nucleares de Estados Unidos contra Japón.
Las víctimas no entienden las reticencias. "Una conclusión ha dejado muy claro que la bomba atómica es un arma de inhumanidad y de maldad absoluta, con la que el ser humano no puede existir y que no nos permite morir ni vivir como seres humanos", ha dicho Kido Suechi, superviviente de Nagasaki.
El nuevo tratado, ratificado por más de 50 estados, pretende que no haya más Hiroshimas. La guerra en Ucrania, lanzada por una Rusia con armas nucleares, ha dado un impulso adicional a la iniciativa.