España no ha sido lo que pensaba esta familia ucraniana. Huyeron de Kiev por la invasión rusa a principios de junio y tras pasar por el primer centro de acogida denuncian que no tuvieron un lugar al que ir.
España no ha sido lo que pensaba una familia ucraniana de cinco miembros. Huyeron de Kiev por la invasión rusa a principios de junio y tras pasar por el primer centro de acogida denuncian que no tuvieron un lugar al que ir.
Valentyna Kasian es la madre de dos niños, junto a los que también viajan su abuela y su tía: “Durante una semana vivimos en un hotel de Pozuelo (localidad madrileña donde esta el centro de primera acogida), luego con las maletas, con las niñas desde la mañana hasta la noche, estábamos buscando un lugar donde pasar la noche, buscando dónde comer, a dónde ir, a quién pedir ayuda, en qué organización”
Diferentes organizaciones enviaron a las cinco a alojamientos de las provincias de Orense y Vitoria, donde no había sitio, y regresaron a Madrid. Han llegado a estar en situación de calle, durmiendo en un hostal gracias a la caridad hasta que una asociación se ha hecho cargo de ellas.
“Honestamente en España no más seguro que en Ucrania, incluso hemos pensado en regresar a Ucrania. Porque esperábamos ayuda, pero al final nos encontramos en la calle en un país extranjero sin dinero, sin comida, sin vivienda. Es muy peligroso, tenemos dos niños pequeños y en general es muy estresante”, explica Valentyna.
La Fundación Madrina, que ha acogido a esta familia, señala que cada vez hay menos plazas para los huidos del este de Europa. Tiene un call centre que recibe llamadas de ucranianas que buscan cubrir sus necesidades, pero también de las personas españolas que las acogen. Anastasia Lvova, una de las trabajadoras, explica que estas últimas se quejan de las subidas de la luz y el agua y de que no pueden seguir acogiendo a sus huéspedes.
Desde el inicio de la guerra han llegado a España más de 125.000 refugiados ucranianos. El Gobierno ha anunciado una ayuda de 400 euros a partir de julio para aquellos que se queden fuera del sistema de acogida público por no haber pasado por alguna de las fases.
Pero el presidente de la Fundación, Conrado Giménez, cree que hay algo más prioritario, ayudar a que trabajen con dos medidas principales: “Favorecer con la homologación inmediata de los títulos la incorporación inmediata de estos trabajadores al tejido industrial español y por otra parte a las empresas favorecerles esa contratación con deducciones fiscales.”
El ministerio de Inclusión Seguridad Social y Migraciones de España niega que haya familias ucranianas sin acoger, ya que dice contar con plazas suficientes para las desplazadas de la exrepública soviética.