Turquía insiste en su inocencia en el ataque en el kurdistán iraquí que dejó nueve muertos

Turquía niega ser la responsable del ataque el pasado miércoles en el norte de Irak que dejo nueve muertos –mujeres y niños incluidos– y 23 heridos.
El bombardeo tuvo lugar en la provincia de Dohuk, en el kurdistán iraquí, objetivo desde hace años de las fuerzas turcas en su eterna lucha contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán.
Los civiles se han visto repetidamente atrapados en el fuego cruzado de la guerra de casi cuatro décadas de Turquía contra el rebelde PKK, que se ha extendido repetidamente a través de la frontera hacia el norte de Irak.
El Ministerio de Exteriores iraquí, que habla de una "violación flagrante de su soberanía nacional", anunció este sábado que presentó una solicitud al Consejo de Seguridad de la ONU para que celebre una sesión de emergencia por dicho ataque. El portavoz del ministerio de Exteriores, Ahmed al Sahaf, dijo a la agencia oficial de noticias iraquí INA que “el Ministerio de Exteriores envió una carta de queja al Consejo de Seguridad y le solicitó que celebrara una sesión de emergencia para discutir la agresión turca".
Desde el ministerio de Exteriores de Turquía insisten por su parte en negar su responsabilidad en el bombardeo, a la vez que aseguran que Ankara tomará "todas las medidas para revelar la verdad".
Lo cierto es que Turquía lleva más de una década lanzando ataques aéreos y ocasionales incursiones terrestres en el norte de Irak, donde el PKK tiene su retaguardia, pero desde mayo de 2019 mantiene una presencia continua de comandos especiales en la franja fronteriza, con frecuentes choques con el grupo kurdo.
El PKK comenzó la lucha armada contra Turquía en 1984, inicialmente exigiendo un Estado independiente en el sureste del país, pero en 2013 renunció oficialmente a este objetivo, al tiempo que se llevaban a cabo unas negociaciones de paz, rotas en 2015.