Varios obuses caen sobre la zona verde en Bagdad. Suenan las armas automáticas en la capital iraquí tras una jornada de ira que ha dejado cerca de una veintena muertos y un número aún indeterminado de heridos.
Varios obuses caen sobre la zona verde en Bagdad. Suenan las armas automáticas en la capital iraquí tras una jornada de ira que ha dejado cerca de una veintena muertos y un número aún indeterminado de heridos.
Los seguidores del clérigo chií Moqtada al Sadr salieron a la calle tras anunciar que dejaba definitivamente la política.
Los enfrentamientos con las fuerzas policiales estallaron cuando la multitud, que asaltó el Palacio Presidencial y el Palacio de Gobierno, se negó a acatar el toque de queda impuesto por las autoridades -primero en Bagdad y después en todo Irak- en un intento de frenar una insurrección.
Los seguidores de al-Sadr, que se habría puesto en huelga de hambre, llevaban cuatro semanas acampados frente al Parlamento para protestar contra diez meses de parálisis política en la que las distintas fuerzas no han logrado formado un nuevo gobierno.
El Movimiento de Al Sadr tuvo 73 escaños de 329, el que más representación logró en las elecciones de 2021, pero insuficiente para gobernar en un Parlamento muy fragmentado. El clérigo, que ha dado forma a la política iraquí durante los últimos 20 años, forzó la dimisión de todos sus diputados en junio pasado y recurrió a la presión en las calles.