Calles aparentemente tranquilas en Bagdad tras dos días de disturbios que han causado al menos 35 muertos y 500 heridos. Las autoridades de Irak han levantado el toque de queda después de que los seguidores del clérigo chií Muqtada al-Sadr abandonaran sus protestas.
Calles aparentemente tranquilas en Bagdad tras dos días de disturbios que han causado al menos 35 muertos y 500 heridos.
Las autoridades de Irak han levantado el toque de queda después de que los seguidores del clérigo chií Muqtada al-Sadr abandonaran sus protestas, comenzadas el lunes después de que el propio líder religioso anunciara su retirada definitiva de la política. "Me entristece lo que está ocurriendo y pido disculpas a los iraquíes", ha dicho Al-Sadr a un país sumido en una profunda crisis política y social, con los poderes legislativo y judicial inoperativos y un gobierno en funciones.
El propio presidente iraquí, Barham Saleh, ha pedido consenso a todas las fuerzas políticas para organizar elecciones anticipadas; son, ha dicho, una "salida" posible a una situación "asfixiante que amenaza con nuevos enfrentamientos"
Los sangrientos disturbios involucraron a seguidores y opositores de Al-Sadr y aparentemente también a fuerzas de seguridad del Estado. Mientras los funerales de las víctimas se suceden, el gobierno interino ha prometido investigar los hechos.