Los violentos choques con las autoridades dejan más de una treintena de civiles muertos y casi una decena de paramilitares fallecidos.
La violencia inunda las calles de Irán. Este jueves se cumple el sexto día de protestas por la muerte de Mahsa Amin, la mujer detenida por llevar mal puesto el velo.
Videos con comisarias quemadas y manifestantes coreando gritos de libertad se han vuelto habituales en todo el país.
La ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo, alerta de más de una treintena de civiles asesinados desde el inicio de la jornada de protestas.
"El pueblo iraní salió a la calle para luchar por sus derechos básicos y la dignidad humana; y el gobierno está respondiendo a estas manifestaciones pacíficas con balas", dijo en un comunicado el director de la ONG, Mahmood Amiry-Moghaddam, al hacer público un informe tras seis días de protestas.
Casi una decena de paramilitares fallecidos
Además, la represión y los constantes enfrentamientos con las autoridades también han dejado casi una decena de bajas en las fuerzas paramilitares Basijis según las agencias de medios Tasnim e IRNA.
Los basijis habían salido a las calles “espontáneamente” para controlar los disturbios, que también afectan a esta urbe del noreste del país, según el relato de IRNA.
Intentos de controlar la situación
En un intento de controlar la situación, el Gobierno de Irán ha bloqueado casi por completo el internet móvil y ha limitado aplicaciones como Whatsapp e Instagram.
Las autoridades responsabilizan a las embajadas y a los servicios de inteligencia extranjeros de incitar las protestas
Amin fue detenida el martes de la pasada semana por la llamada Policía de la moral en Teherán, donde se encontraba de visita, y fue trasladada a una comisaría para asistir a "una hora de reeducación" por llevar mal el velo.
Murió tres días más tarde en un hospital adonde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud, algo rechazado por la familia.