La irrupción de un expolicía en un centro infantil el pasado jueves supuso la muerte de 36 personas.
Llanto y dolor por una de las mayores tragedias que ha vivido Tailandia. Los familiares de los niños asesinados esta semana han rezado y realiza do ofrendas en el templo budista de Rat Samakee, uno de los tres en los que se depositarán los cuerpos de las víctimas. La ceremonia de duelo se prolongará durante tres días antes de los funerales y la incineración, como marca la tradición religiosa. Está previsto que el primer ministro del país, Prayuth Chan-ocha, acuda a una oración vespertina durante la tarde del domingo.
Un expolicía de 34 años, Panya Kamrap, fue el autor del mayor asesinato masivo en el territorio asiático. El pasado jueves entró al Centro de Desarrollo Infantil de Uthai Sawan, a medio millar de kilómetros al noreste de Bangkok, y comenzó a disparar matando a 36 personas, 24 de ellas niños. El atacante había sido expulsado de la policía por un cargo relacionado con drogas.