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La primera ministra británica Liz Truss, víctima de fuego amigo y enemigo

La primera ministra Liz Truss este miércoles en la Cámara de los Comunes
La primera ministra Liz Truss este miércoles en la Cámara de los Comunes Derechos de autor House of Commons/AP
Derechos de autor House of Commons/AP
Por Euronews en español
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Mientras los laboristas piden su marcha, la ministra del Interior dimite a través de una carta muy crítica con su exjefa. Una turbulenta votación parlamentaria puso la guinda a una jornada aciaga para la líder consevadora.

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La nueva entrega de la saga de intriga y pasiones en torno al Gobierno de Liz Truss no decepciona. La primera ministra británica ha perdido a otro ministro, mientras era blanco de fuego amigo y enemigo. La aciaga jornada acabó con una tumultuosa votación en la Cámara de los Comunes.

"¿Por qué sigue aún aquí?"

La sesión de preguntas a la dirigente conservadora -la primera desde la salida de su ministro de finanzas y de su giro copernicano en política económica-, empezó con un duro cara a cara con el líder laborista Keir Starmer.

"El recorte del impuesto del 45% ,fuera. El recorte del impuesto de sociedades, fuera. El recorte del 20% de impuestos, fuera. Los dos años de congelación de los precios de la energía , fuera. Las compras libres de impuestos, fuera. La credibilidad económica, fuera. Y el supuesto mejor amigo, el anterior secretario del Tesoro,también fuera. Todos están fuera. Entonces, ¿por qué ella sigue aún aquí?"

"Soy una luchadora, no alguien que abandona. He actuado en interés de la nación para asegurarnos la estabilidad económica".

La carta de dimisión envenenada

Luego renunciaba la secretaria de Interior, Suella Braverman, reconociendo haber enviado un documento oficial a través de una dirección de correo personal. Su carta de dimisión era pura dinamita contra Truss: "Fingir que no hemos cometido errores, seguir adelante como si nadie pudiera ver que los hemos cometido y esperar que las cosas se arreglen mágicamente no es una política seria. Yo he cometido un error, asumo la responsabilidad, dimito".

La votación del caos

Ya de noche, una votación sobre una propuesta laborista para impedir el fracking desató el caos, con acusaciones de presiones en los pasillos, incluso físicas, para que diputados tories no votaran en contra del Gobierno.

Un ejecutivo de solo seis semanas que, según muchos analistas, tiene los días contados. Aumentan los rumores de que la bancada consevadora planea una moción de censura.

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