1 500 vecinos del centro de la ciudad han recogido firmas cansados del ruido y de la cascada de visitantes. Mientras, el coordinador del grupo ecologista Greenpeace en Galicia, Manoel Santos, cuestiona las cifras facilitadas sobre el retorno económico por el alcalde, Abel Caballero.
Es el alcalde de Vigo, ciudad de Galicia en el noroeste de España, encendiendo el sábado las luces de Navidad.
Un montaje gigantesco al nivel de las grandes capitales europeas con once millones de bombillas led, un árbol de más de 30 metros, que reduce su tiempo de alumbrado en una hora diaria para consumir un 14% menos, y cumplir con las exigencias de ahorro energético.
Su alcalde, Abel Caballero, defiende un proyecto que se ha convertido en un "fenómeno turístico único".
"El coste de la instalación y todo esto ponle un poquito más de un millón de euros, tenemos un retorno de entre 500 y 1 000 millones de euros y eso sin contar la marca, sin contar con que de repente Vigo es conocido en todo el mundo", explica Caballero.
Sin embargo, 1 500 vecinos del centro de la ciudad han recogido firmas, cansados del ruido y la cascada de visitantes.
Por su parte, el coordinador del grupo ecologista Greenpeace en Galicia, Manoel Santos, cuestiona las cifras de retorno ecónomico facilitadas por el alcalde.
"El desarrollo económico de una ciudad tiene que ser compatible con su sostenibilidad, no sabemos si (el alcalde) Abel Caballero ha puesto a Vigo en el mapa, ya lo puso desde Julio Verne hasta nuestras islas Cíes, no es necesario que lo ponga Abel Caballero, y también son discutibles las cifras que nos da de beneficios económicos durante su campaña de Navidad, que normalmente están sobredimensionadas", replica Santos.
Los hoteles de la zona esperan un lleno absoluto durante las próximas semanas.