Tres centrales eléctricas han quedado desconectadas de la red nacional, lo que supone aún más dificultades para los millones de civiles atrapados en las zonas afectadas.
En toda Ucrania, las ciudades se han visto sumidas este miércoles por la noche en una oscuridad total, después de que los ataques rusos afectaran a infraestructuras críticas relacionadas con la distribución de energía en la capital, Kiev, así como en la ciudad occidental de Leópolis, en la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járkov, y también en la ciudad portuaria del sur, Odesa.
Tres centrales eléctricas han quedado desconectadas de la red nacional, lo que supone aún más dificultades para los millones de civiles atrapados en las zonas afectadas.
En la ciudad de Jersón, recientemente reconquistada por las tropas ucranianas, la periodista de Euronews Anelise Borges respira un ambiente que va desde el alivio y la felicidad hasta la aprensión, el miedo e incluso el hambre. Tras meses de ocupación rusa, la población civil depende ahora completamente de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
Los propios ciudadanos son los encargados de confirmar esta realidad a nuestra compañera Anelise.
"Este es el único lugar para conseguir comida estos días", explica en una fila de racionamiento una mujer, que recuerda lo duro que era vivir bajo la ocupación. "Moralmente y físicamente, por supuesto. Evitábamos salir de casa. Cuando nuestras tropas nos liberaron, empezamos a salir. Hoy no tenemos calefacción, ni agua, ni cobertura, pero al menos podemos salir a la calle. Aunque sería mejor si no dispararan", se lamenta bajo el ruido de unos disparos lejanos.
"Nos traen agua, gracias a Dios", cuenta otro ciudadano. "No hay luz, ni calefacción... Todos lo estamos sufriendo. Jersón era un buen lugar, acogedor, siempre luminoso. Hasta que los rusos vinieron a liberarnos", añade con triste sarcasmo. De lo que nos liberaron fue las cosas buenas".
Es probable que las cosas empeoren significativamente antes que mejorar. Con la mitad de la infraestructura energética de Ucrania destruida o significativamente dañada, millones de personas van a pasar el invierno sin energía o calefacción. Los funcionarios del Gobierno instan a los refugiados ucranianos a no regresar por el momento, para aliviar así en lo posible la presión sobre el sistema energético. Superar este invierno, se dice, será su mayor victoria hasta ahora.