Totalmente anuladas, las mujeres no se resisten a luchar por su libertad, que reclaman en protestas repentinas como la de este jueves en Kabul, en la víspera del Día Internacional de la ONU para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Un "apartheid de género" es lo que la Unión Europea denuncia que sufren las mujeres afganas. La Eurocámara ha condenado la represión y vulneración sistemática de derechos a las que los Talibanes someten a las mujeres y niñas, totalmente excluídas de la vida pública.
Decenas de ellas han desafiado al régimen tomando las calles en la víspera del Día Internacional de la ONU para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra este viernes.
Desde el regreso de los talibanes al poder en Afganistán en agosto del año pasado, la mayoría de las mujeres funcionarias han perdido sus puestos de trabajo o reciben una miseria por quedarse en casa. También se les prohibe entrar en parques, gimnasios y baños públicos y viajar sin un pariente masculino, y deben cubrirse con un velo para salir de casa.
Pese a las falsas promesas tras la retirada internacional del país, los talibanes han acabado por cerrar las escuelas para adolescentes en la mayoría de las regiones.
Totalmente anuladas, las mujeres no se resisten a luchar por su libertad, que reclaman en protestas repentinas como esta en Kabul, habitualmente reprimidas por las autoridades.