Rusia dice que con esta matanza masiva ha llevado a cabo una operación de represalia en Kramatorsk por los 89 soldados rusos muertos o 400, según Ucrania, en Año Nuevo.
Pocos días después del ataque mortífero contra el cuartel provisional de la ciudad de Makiivka en el que 89 soldados perecieron, según Rusia, y 400 según **Ucrania,**Moscú afirma haber llevado a cabo como operación de represalia, un ataque masivo con misiles en Kramatorsk.
Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa ruso, destacaba: "Más de 600 militares ucranianos fueron eliminados como resultado de un ataque masivo con misiles contra estos puntos de despliegue temporal de unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania".
Desde Ucrania aseguran que se trata de otra muestra de la propaganda rusa. El alcalde de Kramatorsk ha declarado en su cuenta oficial de Facebook que no ha habido muertos por los ataques a varios edificios de la localidad y testigos señalan que no hay evidencias de que se haya producido una matanza así en la zona.
Por otro lado, tanto rusos como ucranianos anunciaron este domingo el canje de medio centenar de soldados de cada bando que habían caído presos durante los combates en territorio ucraniano.
La liberación de los militares fue resultado de las intensas negociaciones mantenidas en los últimos días entre Moscú y Kiev, según el Ministerio de Defensa ruso. Los soldados rusos liberados serán trasladados en avión a Moscú para su rehabilitación médica y psicológica.
Mientras, la Presidencia ucraniana informó sobre la liberación de medio centenar de sus militares, entre los que figuraban 33 oficiales y 17 sargentos y soldados rasos.
Dichos soldados cayeron presos en lugares como las afueras de Kiev, la central nuclear de Chernóbil o la ciudad portuaria de Mariúpol, víctima de un brutal asedio.
Desde el comienzo de la "operación militar especial" rusa en febrero del pasado año, han sido canjeados varios miles de prisioneros de ambos bandos.
A finales del pasado año un tribunal ucraniano condenó a cuatro prisioneros rusos a once años de prisión cada uno por crímenes de guerra.
El Kremlin niega categóricamente que sus soldados hayan cometido dichos crímenes en territorio ruso, aunque Kiev ha pedido a Occidente la creación de un tribunal internacional para juzgar dichos abusos