En plena pandemia de COVID-19, trabajar a distancia se convirtió en la asumida anómala normalidad. Su popularidad no ha decaído en Estonia. Viendo esta tendencia, los empresarios del sudeste de Estonia crearon una red de teletrabajo en tres condados.
En plena pandemia de COVID-19, trabajar a distancia se convirtió en la asumida anómala normalidad.
Su popularidad no ha decaído en Estonia.
Viendo esta tendencia, los empresarios del sudeste de Estonia crearon una red de teletrabajo en tres condados.
Una iniciativa pensada para que los trabajadores puedan escoger entre trabajar desde casa o desde un lugar creado para nómadas digitales.
Ave Oit, emprendedora en el campo de la educación, ha elegido la Granja Creativa Haani, en el condado de Haanja. Asegura que, cuando trabaja a distancia, lo que más aprecia es el ambiente tranquilo y motivador, que le permite salir por un rato de la burbuja cotidiana:"Mi familia quería escaparse durante las vacaciones escolares, que los adultos no tenemos así que combinamos lo necesario con lo útil y lo que nos gusta".
Erkki Peetsalu, propietario de Haani Loometare, llevaba muchos años al frente de la edición estonia del National Geographic entre las nieves del condado de Haanja. La gente manifiesta un gran interés por cambiar de lugar de trabajo, aunque sea por un tiempo, para encontrar algún cambio y nuevos intereses, asegura: "Los empresarios empiezan a entender que, para la gente de hoy, las vacaciones por sí solas ya no son satisfactorias, su rutina laboral diaria necesita algún añadido. Aquí, en nuestra Granja Creativa Haani, pueden ocuparse de las ovejas o hacer deporte, ejercicio y senderismo."
El equipo de Kupland cree que el trabajo a distancia ha llegado para quedarse y que pueden convertirse en los empleadores más importantes del sudeste de Estonia. Es el caso de Lennart Liba, director del Centro de Desarrollo de Põlvamaa: "El trabajo a distancia podría ser uno de los mayores empleadores, dando un mayor valor añadido. No podemos traer aquí grandes industrias por falta de mano de obra, pero este entorno, tanto mundano como natural, podría atraer a gente de Estonia y del extranjero".
Si en 2021 más de tres mil personas se desplazaron a Kupland para trabajar a distancia, el año pasado fueron más de 7.600. Al mismo tiempo, nómadas digitales de Australia, países asiáticos y América encontraron su camino a Kupland.