La decisión de última hora del gobierno libanés de retrasar un mes el inicio del horario de verano, hasta el final del mes sagrado musulmán del Ramadán, provocó el domingo una confusión masiva.
La decisión de última hora del gobierno libanés de retrasar un mes el inicio del horario de verano, hasta el final del mes sagrado musulmán del Ramadán, provocó el domingo una confusión masiva.
Algunas instituciones aplicaron el cambio, mientras que otras se negaron, por lo que muchos libaneses se han visto en la tesitura de tener que hacer malabarismos con horarios laborales, comerciales y escolares en husos horarios diferentes en la misma ciudad.
En algunos casos, el debate se extendió a las confesiones religiosas ya que muchos políticos e instituciones cristianas, incluida la mayor iglesia del pequeño país, la Iglesia Maronita, rechazaron el cambio.
El pequeño país mediterráneo solía adelantar una hora sus relojes el último domingo de marzo, simultaneamente con la mayoría de los países europeos.