Bloom, que viaja como embajador de buena voluntad de Unicef, visitó varios colegios para apoyar la creación de infraestructuras destinadas a los niños.
La estrella de cine, Orlando Bloom, acude a Ucrania para visitar a los niños y familias afectados por la guerra.
El actor británico, conocido por sus papeles en Piratas del Caribe y El Señor de los Anillos, ha viajado hasta el país en conflicto en calidad de embajador de buena voluntad de Unicef para apoyar la reconstrucción de las infraestructuras destinadas a los niños.
Además, Bloom mantuvo una reunión con el presidente de Ucrania Volodímir Zelenski. El presidente explicó en un comunicado que entre las prioridades de esta reunión destacaban "el desarrollo del sistema de cuidado familiar para niños privados de cuidado parental, la creación de infraestructuras para el desarrollo de la primera infancia, así como la potenciación de proyectos juveniles y de emprendedores ('startups')".
Zelenski agradeció al actor su visita y su labor en Unicef que representa "un mensaje importante. Es de gran importancia para nosotros -subrayó- que el mundo sepa lo que está pasando en Ucrania durante la guerra".
Durante su encuentro con el jefe de Estado de Ucrania, Bloom afirmó estar "impresionado por el coraje y la resistencia de los ucranianos que, a pesar de la guerra, se mantienen fuertes".
El mandatario ucraniano enfatizó la necesidad de crear un entorno seguro para los niños, por lo que reclamo al actor que Unicef centre sus esfuerzos en proporcionar refugios antiaéreos a los colegios. Orlando Bloom explicó, por su parte, que había visitado una de las escuelas en Irpin, ya equipada con un refugio antibombas que, según dijo, forma parte del "tipo de proyectos que son importantes para Unicef".
Además, también trataron la problemática de los niños ucranianos deportados a Rusia. La fundación humanitaria "Salvemos a Ucrania" afirma que solo 324 de los al menos 16 200 niños que han sido deportados y retenidos en Rusia han regresado a Ucrania. Esta explica que tanto las familias, como fundaciones de voluntarios y el Estado tratan cada caso por separado a falta de un mecanismo único para su repatriación.