El director nacional de la Policía Judicial, Luis Neves asegura no hay ningún indicio de radicalización en el asalto, que dejó dos muertos y un herido.
Los investigadores portugueses descartan que se trate de un atentado terrorista el ataque con arma blanca de martes en un centro musulmán chií en Lisboa.
El director nacional de la Policía Judicial, Luis Neves asegura no hay ningún indicio de radicalización en el asalto, que dejó dos muertos y un herido. El ministro del Interior, José Luis Carneiro, declaró a los medios sobre el asunto.
"Es un hombre relativamente joven con tres hijos pequeños, de 9, 7 y 4 años, cuya esposa murió en un campo de refugiados en Grecia. Fue reubicado en Portugal en el marco de la cooperación europea y era beneficiario del estatuto de protección internacional", dijo Carneiro a los medios.
Las víctimas eran miembros del centro musulmán ismailí, donde el agresor recibía ayudas para aprender portugués, de alimentación y para el cuidado de sus hijos.
Según el informe oficial, los oficiales encontraron al presunto agresor en el centro con un cuchillo en la mano. Estos le ordenaron que se rindiera, pero dispararon al hombre cuando avanzó hacia ellos. El sospechoso está bajo custodia en el hospital de Lisboa.
El presidente de la comunidad afgana en Portugal, Omer Taeri, dijo a los medios que el presunto agresor sufría problemas psicológicos debido al trauma por la muerte de su mujer.
El presidente del país, António Costa, ha declarado que todo apunta a que el ataque es un caso aislado.