A última hora de la tarde se registraron disturbios y enfrentamientos contra la policía, como en anteriores ocasiones, frente a la oficina del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Estudiantes y docentes vuelven a tomar las calles de Budapest en protesta contra una ley sobre el sistema educativo y el estatuto del profesorado. Piden un referéndum sobre la educación nacional y de organizar una coalición que englobe a los trabajadores de los sectores público y privado.
Los manifestantes reclaman un referéndum sobre la Educación Nacional
"No existe una cultura de la solidaridad en nuestro país, porque el comunismo duró tanto que no hay tradición de solidaridad, democracia o Estado de derecho, Hungría no pudo desarrollar décadas de tradición democrática. De momento, sólo tenemos una pseudodemocracia para conseguir dinero de la Unión Europea", denunciaba Lili Pankotai, una de las líderes de estas protestas estudiantiles.
La llamada ley del estatuto perjudicaría tanto a profesores, como a alumnos y padres de alumnos, aseguran los manifestantes. ((ante el ministro del Interior y la sede del Gobierno.
"Simplemente estoy harta de lo que veo. Todos mis amigos se van al extranjero porque este país no puede darles lo que necesitan. Y esto no tiene fin, porque el Gobierno no cede", decía la joven manifestante Anna Székely.
El Gobierno húngaro suavizó la propuesta justo antes de la manifestación
Horas antes de la manifestación, el Gobierno húngaro flexibilizó el proyecto de ley de educación, eliminando, por ejemplo, una medida que regula el despido claudicante del profesorado. Un cambio importante pues uno de los aspectos más polémicos de la propuesta era el plazo de preaviso de despidos.
Disturbios y enfrentamientos con la policía
"La última vez que hubo una protesta contra el statu quo propuesto fue el 24 de abril en Budapest, cuando se lanzaron gases lacrimógenos contra los estudiantes que protestaban ante la oficina del primer ministro".
A última hora de la tarde se registraron disturbios y enfrentamientos contra la policía, como en anteriores ocasiones, frente a la oficina del primer ministro, Viktor Orbán.