Polonia y Lituania redoblan la seguridad en sus fronteras con Bielorrusia. Ambos países de la OTAN temen que Minsk lleve a cabo operaciones encubiertas con el Grupo Wagner.
Polonia despliega más tropas en la frontera con Bielorrusia. Varios miles de guardias fronterizos y soldados del Ejército se entrenarán y aprenderán a coordinar sus esfuerzos, con el fin de prevenir cualquier tipo de posible provocación por parte de Minsk.
Varsovia insiste en que se toma muy en serio la posible amenaza que puedan suponer los mercenarios rusos de Wagner que se encuentran en Bielorrusia. Se cree que pueden empeorar la actual crisis migratoria o incluso penetrar en Polonia para llevar a cabo operaciones encubiertas.
A principios de agosto, el Gobierno polaco insistió en que helicópteros del Ejército bielorruso y tropas del Grupo Wagner intentaron penetrar en la frontera.
Lituania, que también comparte frontera con Bielorrusia, declaró que cerrará 2 de los 6 pasos fronterizos el 18 de agosto, "debido a circunstancias geopolíticas y amenazas".
A principios de este mes, el presidente Gitanas Nauseda mencionó la posibilidad de cerrar completamente la frontera, como último recurso, para evitar que se produzcan ataques híbridos transfronterizos.
La frontera sigue, abierta a pesar de todo lo que está ocurriendo, pero las autoridades lituanas han instalado enormes vallas en las que se lee: "No se arriesgue a ir a Bielorrusia, podría no volver".
El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, por su parte, declaró que ha dado instrucciones al Gobierno para que "establezca contactos" con la parte polaca, con el fin de hablar de "paz y buena vecindad", ya que Bielorrusia "no debe perder las relaciones sobre alta tecnología con los países de la UE, incluido Polonia".