La nave de la archiconocida catedral de París albergará unas sillas únicas construidas en una carpintería familiar del departamento de las Las Landas en el País Vasco francés.
Cinco años después de ser devorada por las llamas, poco a poco, los franceses ven renacer Notre-Dame. Así, pronto, la nave de la archiconocida catedral de París albergará unas sillas únicas construidas en una carpintería familiar del departamento de las Las Landas en el País Vasco francés.
Las 1.500 sillas encargadas por la diócesis parisina están realizadas con madera de roble macizo, que se ha seleccionado y secado durante tres años, antes de proceder a su fabricación. Como señalan sus fabricantes, las sillas permanecerán en buen estado "durante siglos". Los artesanos tardan medio día en fabricar cada una de ellas, que están concebidas por la diseñadora bretona Ionna Vautrin.