Preguntamos al personal de las organizaciones que trabajan con personas sin hogar en países como Hungría y a los propios afectados sobre los retos a los que se enfrentan las personas que viven en la calle en la brutal ola de calor actual.
PUBLICIDADTodavía no se vislumbra el final de la ola de calor que azota Hungría. El calor prolongado está haciendo mella en el cuerpo de todo el mundo, pero quienes hacen su vida diaria en la calle y sobre el hormigón caliente se encuentran en una situación especialmente peligrosa.
El Gobierno activa el código rojo
Ya el domingo, la Secretaría de Estado de Asuntos Sociales anunció un código rojo, lo que significa que los servicios sociales deben recibir a las personas sin hogar, al menos el tiempo suficiente para que tomen agua, se duchen y se refresquen.
Se trata de un cambio con respecto a anteriores actitudes discriminatorias de rechazo del Gobierno de Hungría en 2018 que tuvo una respuesta en forma de protestas sociales.
Las ONG que trabajan con los sintecho en la calle también se adaptan a la emergencia. Es el caso de la Fundación Shelter, donde el refugio de día sirve ahora más para refrescarse: "En estos momentos, las organizaciones asistenciales intentan que el menor número posible de personas permanezca menos tiempo al sol, porque ése es el mayor peligro.
Por eso, las ONG que pueden organizan sus servicios de forma que durante el día, especialmente con este calor sofocante, haya un miembro del personal que pueda estar pendiente, o que pueda recorrer las calles y ayudar a quienes puedan encontrarse en una situación en la que no puedan protegerse de los efectos nocivos del sol abrasador", explicó a 'Euronews' Zoltán Aknai, director de la Fundación Shelter.
El tiempo desafía a las personas sin hogar en todas las estaciones
Los voluntarios de la Bike Maffia de Budapest preparan cientos de bocadillos dos veces por semana para las personas que viven en la calle, y ahora también les llevan agua debido al calor. Uno de los voluntarios de la organización subrayó que el clima supone un reto para los sin techo durante todo el año.
"Tienen muchos menos sitios donde refrescarse, les cuesta mucho más ducharse y lavar la ropa. En ese sentido es mucho más duro para ellos, pero es igual en cualquier otra estación, no hay diferencia", dijo András Molnár.
¿Qué hacen para combatir el calor?
Los voluntarios han formado una comunidad gracias a su trabajo conjunto, y muchos de ellos recorren juntos en bicicleta sus más que trilladas rutas. Preguntamos a las personas sin hogar que conocieron qué podían hacer para combatir el calor y cómo sobrellevaban la dura experiencia.
"Es duro, muy duro, pero se puede sobrevivir. Como al frío en invierno, se puede sobrevivir. Es cierto que hace calor, pero hay que refugiarse en la sombra", dijo un hombre en la plaza de Jászai Mari tér que acababa de perder su trabajo y está en la calle. Otro hombre, frente al teatro de Vígszínház, decía lo mismo:
"Si estás deshidratado, tienes un gran problema. Si estás deshidratado, necesitas mucho líquido, de 3 a 4 litros de agua, según he leído y oído. Y un lugar a la sombra. De todas formas hace calor, pero al menos lo puedes sobrellevar de alguna manera".
También podemos ayudar a los que tienen problemas
Las ONG afirman que las personas sin hogar corren más peligro en el frío del invierno que en verano, pero que incluso ahora se puede encontrar gente en la calle que necesita ayuda. En muchos casos, la actitud de los transeúntes puede ser decisiva para poner a alguien a salvo a tiempo.
El consejo general cuando parece que alguien está en apuros, por ejemplo porque lleva mucho tiempo tumbado al sol y quieres ayudarle, es acercarse y preguntarle si está bien. Después, si no quiere protegerse a la sombra, lo inmediato es llamar al teléfono de ayuda a los sin techo. Si parece estar muy enfermo, habría que llamar a una ambulancia.