La llegada del secretario de Estado estadounidense se produce después de que los mediadores internacionales afirmaran que se acercaban a un acuerdo tras dos días de conversaciones en Doha, y de que funcionarios estadounidenses e israelíes expresaran un cauto optimismo.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, llegó el domingo a Tel Aviv para intentar sellar un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás tras más de diez meses de guerra en Gaza, donde los ataques israelíes han matado a más de 40.000 palestinos.
La llegada de Blinken se produjo después de que Estados Unidos y sus colegas mediadores, Egipto y Catar, dijeran que se acercaban a un acuerdo tras dos días de conversaciones en Doha, y de que funcionarios estadounidenses e israelíes expresaran un cauto optimismo.
Hamás e Israel parecen mantener sus distancias en el proceso negociador
Hamás, que no participó directamente en las conversaciones, ha mostrado su resistencia a lo que denomina nuevas exigencias de Israel. La propuesta en evolución prevé un proceso en tres fases en el que Hamás liberaría a todos los rehenes secuestrados durante su ataque del 7 de octubre en Israel. A cambio, Israel retiraría sus fuerzas de Gaza y liberaría a los prisioneros palestinos.
Pero el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó a Hamás de sabotear los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego. "Hasta ahora, Hamás se ha mostrado completamente obstinado. Ni siquiera ha enviado un representante a las conversaciones de Doha. Por tanto, la presión debe dirigirse a Hamás, no al Gobierno de Israel", afirmó.
Los temores ante una posible escalada regional no se han disipado
Mientras Blinken aterrizaba en Tel Aviv, las autoridades israelíes mostraban a los periodistas sus preparativos para cualquier posible ataque en la ciudad portuaria de Haifa, al norte del país.
El grupo chií libanés Hizbulá ha lanzado drones y cohetes contra Israel casi a diario desde el comienzo de la guerra, e Israel ha respondido con ataques aéreos y artillería. La escalada de violencia ha obligado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares a ambos lados de la frontera.
"Israel no está en la mejor vecindad. Nos hemos estado preparando para un ataque y estamos preparados para cualquier cosa. Hay intentos diplomáticos de desescalar la situación, pero estamos preparados para todo y para cualquier cosa en cualquier frente", declaró el comandante David Avraham, jefe del Departamento de Prensa Internacional de las fuerzas israelíes.
Los temores de una escalada rápida en otras partes de la región han aumentado nuevamente, después de que Irán y sus aliados amenazaran con represalias por los asesinatos en el Líbano de altos comandantes de Hizbulá y también del jefe del brazo político de Hamás cuando se encontraba en Teherán.
Mientras tanto, al menos una persona murió y otra resultó herida tras la explosión de una bomba en Tel Aviv el domingo por la noche, según la Policía israelí. "Se ha confirmado que se trata de la explosión de una bomba", declaró un portavoz policial. Desde Gaza, las autoridades sanitarias en la Franja informaron de que 29 personas habían muerto durante la noche y la jornada del domingo.