El proyecto contribuirá a poner fin al aislamiento energético de Chipre y a conectar la red nacional de transporte de electricidad con los respectivos sistemas europeos, por lo que se trata de "una obra de importancia estratégica para Chipre, Grecia y el conjunto de la UE", según un comunicado.
Chipre espera incorporarse a la red eléctrica europea en 2028, o a más tardar en 2030, tras el acuerdo interestatal firmado el sábado con Grecia. Tras meses de negociaciones y una visita del presidente chipriota, Nikos Christodoulides, a Atenas a principios de semana, los ministros de Energía chipriota y griego firmaron el acuerdo este fin de semana.
Las líneas de energía de Chipre se unirán a Creta y luego pasarán por el Mediterráneo hasta la Grecia continental y el resto de Europa. Nicosia y Atenas celebraron el avance, que permitirá "poner en marcha el proyecto en los próximos días".
Alcanzar el acuerdo resultó todo un reto en medio de retrasos y desacuerdos entre ambas partes. Entre los puntos de discordia figuraban los costes finales compartidos, las diligencias necesarias y las consideraciones coste-beneficio.
Sin embargo, en las últimas semanas se ha avanzado rápidamente para salvar las distancias y llegar a un acuerdo. En un siguiente paso, los dirigentes de Chipre, Francia y Grecia se reunirán en Nueva York la próxima semana para debatir el proyecto.
El cable de alta tensión más largo y profundo del mundo, según los promotores
En un comunicado, un portavoz del Gobierno dijo que Christodoulides había hablado por teléfono con su homólogo francés, el presidente Emmanuel Macron, sobre el proyecto de la red eléctrica y su importancia en la aplicación de la estrategia energética de la Unión Europea.
El cable unirá las redes de Europa y Chipre en un proyecto que costará 1.900 millones de euros y se extenderá después hasta Israel. La Unión Europea lo financiará con 657 millones de euros.
Una vez finalizado, los promotores del proyecto afirman que será el cable de alta tensión "más largo del mundo", con 1.240 km, así como el más profundo, con 3.000 m. El objetivo del proyecto será contribuir a levantar el aislamiento energético de Chipre, así como promover la meta estratégica griega de convertirse en un centro de tránsito de energías limpias.