El Gobierno de Unidad Nacional de Myanmar ha anunciado un alto el fuego parcial para facilitar la ayuda tras el devastador terremoto de magnitud 7.7 que sacudió el país.
El Gobierno de Unidad Nacional de Myanmar en la sombra, que coordina la resistencia popular contra el régimen militar, ha anunciado un alto el fuego parcial unilateral para facilitar las operaciones de ayuda tras el catastrófico terremoto que sacudió el país. Según un comunicado emitido el sábado por la noche, su brazo armado, la Fuerza de Defensa del Pueblo (PDF), implementará una pausa de dos semanas en las operaciones militares ofensivas a partir del domingo en las áreas afectadas por el terremoto.
"Colaboraremos con la ONU y organizaciones no gubernamentales para garantizar la seguridad, el transporte y el establecimiento de campamentos temporales de rescate y atención médica", declaró el grupo en referencia a las áreas bajo su control. Esta medida representa un paso significativo en medio de un conflicto que ha desgarrado al país desde el golpe militar de febrero de 2021.
La magnitud de la catástrofe natural
El terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Myanmar el viernes ha provocado una devastación sin precedentes en un país ya profundamente afectado por un conflicto civil. Las autoridades militares que gobiernan el país han confirmado que el número de víctimas mortales ha ascendido a 1.644 personas, mientras que los heridos superan los 3.408 y hay 139 desaparecidos. Estas cifras, que aumentaron drásticamente en pocas horas desde los 1.002 fallecidos reportados inicialmente, reflejan la dificultad para confirmar las bajas en una región tan extensa.
El movimiento sísmico, que ocurrió al mediodía cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, fue seguido por varias réplicas, incluyendo una de magnitud 6.4. La catástrofe provocó el derrumbe de numerosos edificios, el colapso de puentes, la ruptura de una presa y graves daños en las carreteras, empeorando significativamente la ya precaria situación humanitaria.
La guerra civil: Un obstáculo para la ayuda humanitaria
Myanmar se encuentra sumido en una prolongada guerra civil desde que las fuerzas armadas derrocaron al Gobierno electo de Aung San Suu Kyi en febrero de 2021. Este conflicto había generado ya una grave crisis humanitaria antes del terremoto, convirtiendo los desplazamientos por el país en algo extremadamente peligroso y complicado.
A pesar del anuncio de tregua por parte de las fuerzas de oposición, las fuerzas militares gubernamentales han continuado sus ataques incluso después del terremoto. Dave Eubank, fundador de Free Burma Rangers, una organización humanitaria que proporciona asistencia en Myanmar desde la década de 1990, informó que se produjeron tres ataques aéreos en el estado de Kayin, también llamado estado de Karenni, y en el sur de Shan, ambos limítrofes con el estado de Mandalay.
En el norte de Shan, un ataque aéreo contra una aldea controlada por rebeldes, apenas minutos después del terremoto, mató a siete miembros de una milicia y dañó cinco edificios, incluida una escuela, según informó Mai Rukow, editor de la agencia de noticias Shwe Phee Myay News Agency.
Las fuerzas gubernamentales han perdido el control de gran parte de Myanmar, lo que hace que muchos lugares sean increíblemente peligrosos o simplemente imposibles de alcanzar para los grupos de ayuda. Más de 3 millones de personas han sido desplazadas por los combates y casi 20 millones necesitan asistencia, según las Naciones Unidas.
Operaciones de rescate en medio del caos
Las labores de rescate se centran principalmente en Mandalay y Naypyitaw, la capital del país. Sin embargo, estas operaciones enfrentan serios obstáculos debido a que los aeropuertos de ambas ciudades han sufrido daños significativos que impiden el aterrizaje de aviones. Imágenes satelitales analizadas muestran que la torre de control de tráfico aéreo del Aeropuerto Internacional de Naypyitaw se derrumbó como si hubiera sido cortada de su base.
En Naypyitaw, los equipos de emergencia trabajan para reparar las carreteras dañadas mientras la mayoría de la ciudad permanece sin electricidad, telefonía ni internet. El terremoto destruyó numerosos edificios, incluidos varios bloques que albergaban a funcionarios gubernamentales, aunque las autoridades han acordonado esa zona de la ciudad.
El Gobierno militar de Myanmar ha indicado que la sangre está en alta demanda en las áreas más afectadas. En un país donde los Gobiernos anteriores a veces han sido lentos para aceptar ayuda extranjera, Min Aung Hlaing, líder de la junta militar, ha declarado que Myanmar está dispuesto a aceptar asistencia externa.
Respuesta internacional ante la doble crisis
China y Rusia, los mayores proveedores de armas al Ejército de Myanmar, fueron de los primeros en ofrecer ayuda humanitaria. China ha enviado más de 135 personas de equipos de rescate y expertos junto con suministros como botiquines médicos y generadores, y ha prometido alrededor de 13,8 millones de dólares en ayuda de emergencia. Hong Kong envió un equipo de 51 miembros a Myanmar.
El Ministerio de Emergencias de Rusia informó que había trasladado a 120 personas de equipos de rescate y suministros, y el Ministerio de Salud del país dijo que Moscú había enviado un equipo médico a Myanmar.
Otros países como India y Corea del Sur también están enviando ayuda, y la ONU ha asignado 5 millones de dólares para iniciar las labores de socorro. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el viernes que Washington ayudaría con la respuesta, aunque algunos expertos expresaron preocupación por este esfuerzo debido a los profundos recortes en la asistencia exterior realizados por su administración.
Impacto regional y vulnerabilidad sísmica
El terremoto también afectó a países vecinos como Tailandia, donde sacudió el área metropolitana de Bangkok, hogar de unos 17 millones de personas, y otras partes del país. Las autoridades de Bangkok informaron que el número de muertos confirmados era de 10 personas, nueve de ellas en el sitio de un rascacielos en construcción que colapsó cerca del popular mercado de Chatuchak, mientras que 78 personas seguían desaparecidas.
Myanmar se encuentra sobre la Falla de Sagaing, una importante falla norte-sur que separa la placa India y la placa de Sunda, lo que explica la relativa frecuencia de los terremotos en el país. Brian Baptie, sismólogo del Servicio Geológico Británico, explicó que el terremoto causó intensas sacudidas del suelo en un área donde la mayoría de la población vive en edificios construidos con madera y mampostería de ladrillo sin refuerzo.
"Cuando se produce un gran terremoto en un área donde hay más de un millón de personas, muchas de ellas viviendo en edificios vulnerables, las consecuencias a menudo pueden ser desastrosas", afirmó en un comunicado.