El republicano afirma que mediadores qataríes y egipcios entregarán "pronto" a Hamás una propuesta final de tregua y calcula que el acuerdo entrará en vigor la semana que viene. Netanyahu, desafiando por tercera vez a la Corte Penal Internacional y su orden de detención, visitará la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado ayer martes que Israel ha acordado las condiciones para un alto el fuego de 60 días en Gaza y ha amenazado a Hamás para que acepte el acuerdo.
Así mismo se ha confirmado que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pisará suelo estadounidense para cerrar personalmente los detalles del acuerdo con Trump. De esta forma Trump contraviene por segunda vez la orden de detención internacional que pesa sobre el hebreo, sentenciada por la Corte Penal Internacional, debido a los presuntos crímenes de guerra cometidos por este y varios miembros de su Ejecutiva sobre la población civil de la Franja de Gaza.
Netanyahu ha salido una tercera vez de Israel tras la orden de detención: en concreto a la capital de Hungría, Budapest, donde fue recibido con honores por el presidente ultraderechista Viktor Orbán.
Tras finalizar las hostilidades entre Tel Aviv y Teherán la semana pasada, el presidente estadounidense ha aumentado la presión sobre el Gobierno israelí y Hamás para que negocien un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes y pongan fin a la guerra en Gaza. "Mis Representantes han mantenido hoy una larga y productiva reunión con los israelíes sobre Gaza. Israel ha aceptado las condiciones necesarias para finalizar el alto el fuego de 60 días, tiempo durante el cual trabajaremos con todas las partes para poner fin a la guerra", escribió Trump en un post en Truth Social.
Antes de que expirara el alto el fuego más prolongado de la guerra, cuya primera (y, finalmente, única) fase tuvo lugar en marzo de este año, Trump lanzó varios ultimátums para presionar a ambas partes, sin éxito. Queda por ver si este podría ser el punto de inflexión definitivo de este episodio, enmarcado en un conflicto bélico con más de medio siglo de duración.
Este último repunte de la violencia comenzó el 7 de octubre de 2023, después de que militantes de Hamás protagonizaran un ataque contra el sur de Israel que dejó unos 1.200 muertos. Posteriormente, Israel invadió militarmente la franja e restringió el acceso a periodistas y organizaciones humanitarias.
Se estima que 56.000 palestinos han muerto en los ataques israelíes contra el enclave que han dejado en ruinas una enorme mayoría de casas e infraestructuras básicas como hospitales, provocando en la actualidad una situación inédita de hambruna e inflación mientras el Ejército sigue bombardeando a los civiles, incluso en los puestos de las zonas de reparto de comida autorizadas por Israel.
Hamás sigue siendo capaz de asestar golpes mortales a las fuerzas israelíes, pero Washington cree que el grupo ha disminuido significativamente, ya que sus capacidades de mando y control centralizadas se han deteriorado en el transcurso de los casi 21 meses de ofensiva israelí. Irán, principal apoyo de Hamás, sufrió un duro golpe el mes pasado tras 12 días de ataques de Israel y Estados Unidos contra el programa nuclear de Teherán, que ambos países afirman haber "aniquilado".
El ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, mantuvo ayer una reunión en Washington con altos cargos de la Administración para tratar el alto el fuego. Preguntado por los periodistas sobre si es necesario presionar más a Netanyahu para lograr un acuerdo, Trump dijo que el primer ministro israelí ya estaba dispuesto a ello. "Él quiere", declaró el presidente. "Creo que tendremos un acuerdo la próxima semana".
Las conversaciones entre Israel y Hamás han fracasado repetidamente por un importante punto de fricción: el fin permanente de la guerra como parte de un acuerdo de alto el fuego. Netanyahu insiste en que la guerra contra Gaza sólo terminará si se cumplen "los objetivos de Israel": la destrucción de Hamás, la expulsión de sus dirigentes y su completa disolución. Hamás operaba también mediante su brazo político en la Franja y fue elegido por sus habitantes en contraposición con los representantes de la Autoridad Palestina, con predominio en la Palestina cisjordana.
En la Franja permanecen unos 50 rehenes cautivos de Hamás, de los que se cree que menos de la mitad están vivos. Hamás dice estar dispuesto a liberar a todos los rehenes a cambio de la retirada total de las tropas israelíes y el fin de la guerra en Gaza.