Jake Sullivan afirmó que los ataques a Irán fueron innecesarios, ya que el país estaba débil y dispuesto a negociar. En el Foro de Seguridad de Aspen, expertos debatieron sobre las posibles vías diplomáticas y el riesgo de un cambio de régimen en Teherán.
El exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos bajo la presidencia de Joe Biden, Jake Sullivan, aseguró esta semana en el Foro de Seguridad de Aspen que los ataques estadounidenses de junio contra Irán no eran necesarios y no lograron el objetivo principal de destruir por completo el programa nuclear de Irán.
Al ser consultado sobre la posibilidad de implementar un plan ante un eventual ataque contra Irán durante la presidencia de Joe Biden, Sullivan afirmó en ese momento que existían condiciones suficientes para alcanzar una solución diplomática.
"Estábamos entregando la Administración al equipo de Donald Trump en un momento en que Irán se encontraba en su punto más débil desde la revolución de 1979. Hezbolá había sido prácticamente derrotado, Al Assad había perdido el control, las defensas aéreas de Irán habían sido destruidas, y la República Islámica había intentado atacar a Israel en dos ocasiones mediante lanzamientos masivos de misiles. Sin embargo, ambos ataques fueron repelidos con el apoyo de Estados Unidos y por iniciativa de Joe Biden. Por lo tanto, Irán estaba débil y vulnerable", afirmó.
El exasesor de Seguridad Nacional añadió que, en su opinión, "un Irán débil y vulnerable estaba dispuesto a aceptar un acuerdo muy bueno que situaría su programa nuclear dentro de un marco limitado, no solo durante unos años, sino durante décadas".
Sullivan subrayó que, incluso tras los ataques, dicho acuerdo seguía siendo absolutamente indispensable. "Creo que el presidente Trump también buscará un entendimiento de este tipo, porque la única forma de poner fin de manera permanente a la amenaza nuclear iraní es mediante la diplomacia", afirmó.
Posibles caminos de las conversaciones nucleares
Una de las sesiones del Foro de Seguridad de Aspen se dedicó a explorar las posibles vías de avance en las conversaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, y los analistas discutieron la posibilidad de que Teherán realizara un esfuerzo encubierto para reconstruir su programa nuclear y la posibilidad de un cambio de régimen en Irán.
Stephen Hadley, exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush, describió tres vías para la confrontación con Irán. Según él, el primer camino consiste en continuar la campaña de ataques aéreos de Israel dirigida a la 'eliminación', es decir, al continuo debilitamiento de las capacidades de defensa de Irán, en paralelo con los esfuerzos de Teherán por restablecer la disuasión.
Según Hadley, la segunda vía consistiría en llegar a un acuerdo con Irán mediante la negociación, lo que implicaría inspecciones estrictas y dificultaría la continuación de su programa nuclear en secreto. Según él, el pacto debería ir acompañado de cláusulas sobre el programa de misiles de Irán y sobre los grupos subsidiarios.
Una tercera vía podría incluir la posibilidad de que Irán, a pesar de los miles de millones de dólares en costos, el aislamiento de la región y la incapacidad de impedir los ataques estadounidenses o israelíes, decida abandonar su programa de producción de armas nucleares mediante un acuerdo.
"Esto plantea la interrogante de si Irán llegará finalmente a la conclusión de que el costo de desarrollar un programa nuclear ha sido demasiado alto: un programa concebido para disuadir un posible ataque por parte de Israel o Estados Unidos, pero que, en última instancia, terminó provocándolo. Desde luego, este escenario aún parece lejano y su probabilidad es baja, pero si llegara a materializarse, transformaría profundamente el panorama en Oriente Medio", afirmó.
También describió otro posible camino para Irán, que incluye trabajar con los Estados del Golfo para centrarse en el desarrollo económico. Rachel Brunson, asesora principal del Bulletin of the Atomic Scientists, dijo que muchos creen que Irán, al igual que el modelo de Corea del Norte, considera que el arma nuclear es una garantía de supervivencia del régimen. Sin embargo, Irán está tomando un camino diferente.
"Esto plantea la cuestión de si los iraníes realmente quieren vivir como los norcoreanos, bajo un régimen militar sancionado y en aislamiento. La evidencia sugiere que ese no es el caso", dijo Brunson.
David Sanger, corresponsal de 'The New York Times' en Washington, dijo que, si bien parece que la instalación nuclear de Fordow ha sido destruida como resultado del ataque estadounidense, otras instalaciones nucleares como Natanz e Isfahan no han quedado completamente destruidas.
"No creo que nadie pueda decir con certeza que hayan desaparecido para siempre", dijo Sanger. En mi opinión, para asegurarnos de que se mantengan al margen del ciclo, necesitamos un acuerdo político para que los inspectores (nucleares) regresen", afirmó.
Sanger también advirtió que Irán no estaría dispuesto a negociar durante mucho tiempo y que, en ausencia de inspecciones, existía el riesgo de que aumentaran las tensiones. "Si entramos en un nuevo conflicto con Irán, es posible que se retire del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), en cuyo caso podríamos iniciar una segunda ronda de acciones militares", añadió.
Sanger dijo que Washington podría aumentar la presión sobre Irán para que llegue a un acuerdo. En ausencia de la diplomacia, es probable que haya una confrontación militar en el futuro, dijo. También aseguró que Irán e Israel tenían que responder a las preguntas sobre el enriquecimiento. "La pregunta que Israel tiene que responder es si garantizará que no volverá a atacar a Irán si este país detiene su programa nuclear y Teherán no actúa para establecer un programa nuclear clandestino".
¿Aceptaría Israel que Irán enriquezca uranio de forma limitada?
Sanger también dijo que Israel tendría que decidir si aceptaría el enriquecimiento limitado de Irán bajo la estricta supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica, porque Teherán podría estar buscando secretamente el camino hacia la construcción de un arma nuclear de alguna otra manera.
Brunson destacó que Estados Unidos ahora comparte posición con sus socios europeos e incluso con Vladímir Putin, el presidente ruso: todos quieren detener el enriquecimiento de uranio en Irán. Es "poco probable" que Irán pueda continuar en secreto con su programa nuclear sin ser detectado por los servicios de Inteligencia, añadió.
A su juicio, resulta difícil que una eventual reactivación del enriquecimiento pase desapercibida si el régimen busca restablecer sus reservas de uranio enriquecido. "La posibilidad de que exista un programa encubierto siempre está presente, pero a Irán le tomará tiempo volver a entrar en el juego", señaló Brunson.
El profesor de la Universidad Johns Hopkins, Vali Nasr, dijo que la prioridad de Irán será encontrar la manera de impedir futuros ataques estadounidenses e israelíes y reconstruir su capacidad de disuasión y defensa.
También sostuvo que la diplomacia agresiva de la Administración estadounidense, incluida la exigencia del expresidente Trump de desmantelar por completo el programa nuclear iraní, convirtió ese tipo de acuerdo en algo prácticamente inaceptable para Teherán. Nasr acusó al Gobierno de Donald Trump de no haber negociado con seriedad antes de que se produjeran los ataques.
"Básicamente le estás pidiendo a Irán que se rinda. Esto ya no es un acuerdo, sino una sumisión. Así que la pregunta es: ¿Cuál es el precio aceptable para rendirse? ¿Cree el líder iraní que está sometido a suficiente presión como para querer firmar un acuerdo de este tipo?", añadió.
¿Podría haber un cambio de régimen en Irán?
Hadley señaló que el escenario más probable para un cambio de régimen en Irán sería el surgimiento de una facción dentro de la propia estructura de poder, como los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), que decidiera reducir el papel de los clérigos y de la ideología revolucionaria.
"La gente podría salir a las calles convocada por una de estas facciones, lo que les daría la excusa necesaria para impulsar algún tipo de transformación en el sistema", añadió. Por su parte, Sanger advirtió que "apostar por un cambio de régimen en Irán es una estrategia sumamente arriesgada".
Según él, durante su mandato, la Administración del presidente Obama también albergaba la esperanza de que el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, falleciera antes de que expirara el acuerdo nuclear (JCPOA). "Las declaraciones de la delegación israelí en Washington la semana pasada dejan claro que ellos también contaban con ese escenario. Ganan tiempo porque sospechan que podría producirse un cambio en el sistema. Pero no está claro de dónde proviene esa confianza", dijo Sanger.
Nasr coincidió en que no habrá cambios significativos en Irán mientras Jamenei continúe en el poder. En su opinión, Estados Unidos debería alentar a facciones internas como el IRGC a actuar, ofreciéndoles una visión atractiva y una alternativa realista para el futuro del país.