¿Siguen siendo las armas nucleares únicamente herramientas de disuasión política, o pueden llegar a utilizarse en un momento de locura estratégica?
A la luz de la actual escalada militar entre Irán e Israel, la cuestión de las armas nucleares vuelve al primer plano como factor decisivo del equilibrio de poder mundial y la mayor obsesión de la seguridad regional e internacional.
El Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), firmado en 1968, es uno de los pilares jurídicos más destacados del sistema internacional para limitar la proliferación de armas nucleares. En virtud de él, los países con arsenales nucleares, encabezados por Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido, se comprometieron a no transferir esta tecnología a otros países y a trabajar por un desarme gradual.
Una carrera al margen del tratado
India y Pakistán, rivales históricos en el sur de Asia, no respetaron el tratado. Por el contrario, se apresuraron a desarrollar sus armas al margen de la supervisión internacional. En 1974, Nueva Delhi realizó su primer ensayo nuclear, seguido de un segundo en 1998, e Islamabad respondió con una serie de pruebas, marcando el inicio de una carrera armamentística nuclear en el subcontinente que sigue haciendo estragos.
Israel es el caso más ambiguo en este escenario. Tel Aviv no firmó el tratado y no ha reconocido oficialmente su posesión de armas nucleares, aunque las estimaciones de los servicios de inteligencia occidentales lo sitúan entre los Estados nucleares, con un arsenal estimado de 90 cabezas nucleares. Según los analistas, este arsenal es uno de los pilares que mantiene el equilibrio regional a favor del Estado hebreo, especialmente frente a las ambiciones de Irán.
Corea del Norte: Retirada y pruebas nucleares
Al otro lado de Asia, Corea del Norte es el único país que se retiró formalmente del TNP en 2003, y ha comenzado abiertamente las pruebas nucleares desde 2006, desafiando todas las sanciones y presiones internacionales. En la actualidad, su arsenal se estima en unas 50 cabezas nucleares y supone una amenaza directa en Asia Oriental.
Irán... ¿La bomba diferida?
En el centro de esta ecuación se encuentra Irán. Aunque sigue siendo parte del tratado y mantiene el carácter pacífico de su programa nuclear, su enriquecimiento de uranio al 60% es cada vez más preocupante, especialmente a la luz de la guerra abierta con Israel. Aunque las agencias de inteligencia estadounidenses estiman que Teherán aún no ha tomado la decisión estratégica de producir un arma nuclear, el hecho de que conserve capacidades técnicas avanzadas capaces de una rápida escalada la convierte en una "potencia nuclear latente".
Clasificación de las potencias nucleares Rusia a la cabeza
Según el último informe publicado por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) correspondiente al mes de enero, la clasificación numérica de los arsenales militares de cabezas nucleares en el mundo es la siguiente:
- Rusia 4.309
- Estados Unidos 3.700
- China: 600
- Francia 290
- Reino Unido 225
- India 180
- Pakistán 170
- Israel 90
- Corea del Norte 50
Estas cifras muestran que Rusia mantiene el mayor arsenal de armas nucleares del mundo, seguida de Estados Unidos, mientras que China no deja de aumentar sus capacidades nucleares.
La cuestión del escenario: ¿Quién disuadirá a quién?
En medio de la escalada irano-israelí y la repetida amenaza de opciones "no convencionales", se plantea una cuestión fundamental: ¿las armas nucleares siguen siendo herramientas únicamente para la disuasión política y estratégica, o pueden llegar a utilizarse en un momento de locura?