Donald Trump explicó que esperaba que la reconstrucción de Gaza comenzara "muy pronto", pero no dio más detalles sobre un calendario o quién sería responsable de la construcción.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, comentó este unes que Hamás tendrá un "período muy corto" de tiempo para desarmarse completamente, advirtiendo que si no lo hace "habrá un infierno que pagar". Trump habló en una rueda de prensa en Florida tras mantener conversaciones con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
"Si no se desarman -como acordaron hacer, lo acordaron- entonces habrá un infierno que pagar para ellos", argumentó Trump. "Y no queremos eso. Pero tienen que desarmarse en un plazo bastante corto". Antes de las conversaciones con Netanyahu, la sexta vez este año que ambos líderes se reúnen, Trump afirmó que planeaban discutir "cinco temas principales", incluida la segunda fase del alto el fuego en Gaza, que se espera ampliamente que comience en enero.
La primera fase del acuerdo, que entró en vigor el 10 de octubre poniendo fin a unos combates que comenzaron en 2023, incluía la suspensión de las hostilidades, una retirada militar parcial israelí y el intercambio de todos los rehenes israelíes por prisioneros palestinos.
La segunda fase, esbozada en el plan de paz de 20 puntos de Trump, incluye la retirada total de Israel de Gaza, el desarme de Hamás y el establecimiento de un comité palestino que gobierne temporalmente Gaza. Trump explicó que esperaba que la reconstrucción de Gaza comenzara "muy pronto", pero no dio más detalles sobre un calendario o quién sería responsable de la construcción.
El enclave palestino ha quedado ampliamente destruido en más de dos años de enfrentamientos entre Israel y Hamás, y la ONU calcula que más del 80% de los edificios de la Franja han sido destruidos.
Cuando los periodistas le preguntaron por las acciones de Israel en la Cisjordania ocupada y si la violencia de los colonos estaba socavando la paz, Trump dijo que él y Netanyahu "no están de acuerdo al 100% sobre Cisjordania, pero llegaremos a una conclusión sobre Cisjordania." Trump no dio detalles sobre la naturaleza de esos desacuerdos, pero argumentó que Netanyahu "hará lo correcto".
Trump dijo en septiembre que no permitiría que Israel se anexionara Cisjordania, y añadió: "No va a ocurrir".
Justo un mes después de esos comentarios, en una votación simbólica en el parlamento israelí los legisladores aprobaron un voto preliminar a favor de la anexión de Cisjordania. Los palestinos y gran parte de la comunidad internacional afirman que la anexión acabaría prácticamente con cualquier posibilidad que quede de una solución de dos Estados, que se considera en general la única forma de resolver este conflicto que dura ya décadas.
La segunda fase es compleja
En la segunda fase del plan de alto el fuego se reconstruiría una Gaza desmilitarizada bajo la supervisión internacional de un grupo presidido por Trump y conocido como el Consejo de Paz.
Los palestinos formarían un comité "tecnocrático y apolítico" para gestionar los asuntos cotidianos de Gaza, bajo la supervisión de la Junta de la Paz. Además, pide la normalización de las relaciones entre Israel y el mundo árabe y una posible vía hacia la independencia palestina.
Pero hay cuestiones logísticas y humanitarias espinosas, como la reconstrucción de Gaza devastada por la guerra, el desarme de Hamás y la creación de un aparato de seguridad denominado Fuerza Internacional de Estabilización. La Junta de Paz supervisaría la reconstrucción de Gaza bajo un mandato de la ONU de dos años renovable.
Queda mucho por hacer
La reunión entre Trump y Netanyahu se produce después de que el enviado estadounidense Steve Witkoff y el yerno del presidente, Jared Kushner, se reunieran recientemente en Florida con funcionarios de Egipto, Qatar y Turquía, que han estado mediando en el alto el fuego. Dos desafíos principales han complicado el paso a la segunda fase, según un funcionario que fue informado de esas reuniones.
Los funcionarios israelíes se han tomado mucho tiempo para examinar y aprobar a los miembros del comité tecnocrático palestino a partir de una lista que les entregó el mediador e Israel continúa con sus ataques militares.
El plan de Trump también prevé que la fuerza de estabilización, propuesta como organismo multinacional, mantenga la seguridad. Pero tampoco se ha constituido todavía.
Un diplomático occidental afirmó que existe un "enorme abismo" entre la interpretación estadounidense-israelí del mandato de la fuerza y la de otros países importantes de la región, así como la de los gobiernos europeos.
Estados Unidos e Israel quieren que la fuerza tenga un "papel de mando" en las tareas de seguridad, incluido el desarme de Hamás y otros grupos militantes. Sin embargo, los países a los que se está cortejando para que aporten tropas temen que ese mandato la convierta en una "fuerza de ocupación", sentenció el diplomático.
Hamás se ha declarado dispuesta a debatir la posibilidad de "congelar o almacenar" su arsenal de armas, pero insiste en que tiene derecho a la resistencia armada mientras Israel ocupe territorio palestino. Un funcionario estadounidense señaló que un posible plan podría consistir en ofrecer incentivos en metálico a cambio de armas, haciéndose eco de un programa de "recompra" que Witkoff había propuesto anteriormente.