Israel acusa a Hamás de utilizar centros médicos con fines militares, lo que podría hacer que perdieran su condición de zonas protegidas por el derecho internacional, pero las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han aportado a menudo pocas pruebas que lo corroboren.
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Israel ha destruido este martes un centro de salud de una organización benéfica médica palestina en Gaza, tras ordenar su evacuación. La Sociedad Palestina de Socorro Médico declaró que un ataque israelí había reducido a escombros el edificio de seis plantas situado en la zona central de Samer.
El centro era una de las principales instalaciones de la ciudad que ofrecía servicios de donación y análisis de sangre, atención traumatológica, medicina oncológica y tratamiento de enfermedades crónicas. El Ejército israelí no hizo comentarios de inmediato. Varios hospitales de la ciudad de Gaza, asolada por la hambruna, se han visto obligados a cerrar mientras las fuerzas israelíes prosiguen su operación terrestre.
Israel acusa a Hamás de utilizar las instalaciones médicas con fines militares, lo que podría hacer que perdieran su estatus de protección en virtud del derecho internacional, pero las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a menudo han proporcionado escasas o nulas pruebas de una presencia militar significativa.
El director de la Organización Mundial de la Salud, que colaboró con la organización benéfica, condenó el ataque. "Los ataques contra instalaciones sanitarias deben terminar. La violencia sin sentido debe terminar. Alto el fuego". escribió Tedros Ghebreyesus en un post en X.
La organización médica benéfica dijo que otro de sus centros había sido dañado y rodeado por tropas israelíes, y que un tercer centro había sido destruido en otro ataque. El Ministerio de Sanidad de Gaza declaró el lunes que el Hospital Infantil Al-Rantisi y el Hospital Oftalmológico Especializado se habían visto obligados a cerrar debido a las operaciones militares israelíes en las inmediaciones.
El lunes, varios países occidentales pidieron a Israel que restableciera un corredor médico para que los palestinos de Gaza recibieran tratamiento en Jerusalén Este y Cisjordania y que Israel levantara las restricciones a la entrada de suministros médicos en la Franja.
La declaración fue firmada por 24 países, entre ellos Canadá, Francia y Alemania, y se produce mientras Israel se enfrenta a crecientes críticas por la escala y el impacto humanitario de la guerra en Gaza.
Israel lanzó a principios de mes una nueva ofensiva militar de gran envergadura dirigida a ocupar la ciudad de Gaza, el mayor asentamiento del territorio, que ya ha sufrido graves daños en anteriores incursiones y bombardeos.
Israel afirma que la operación tiene como objetivo presionar a Hamás para que se rinda y devuelva a los 48 rehenes restantes tomados durante su incursión del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, que desencadenó la guerra actual. Israel cree que alrededor de 20 de los cautivos siguen vivos. La principal autoridad mundial en crisis de hambre afirmó el mes pasado que el bloqueo de Israel y la ofensiva en curso ya habían llevado a la ciudad de Gaza a la hambruna.
Más de 300.000 personas han huido de la ciudad en las últimas semanas, ya que Israel ha ordenado a la población que se desplace hacia el sur, pero se calcula que quedan 700.000, según las agencias de la ONU y los grupos de ayuda.
La guerra comenzó cuando militantes de Hamás atacaron el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a unas 1.200 personas, la mayoría civiles. Hamás tomó como rehenes a 251 personas, pero la mayoría de los cautivos han sido liberados en anteriores alto el fuego y otros acuerdos.
La posterior ofensiva israelí ha matado hasta la fecha a más de 65.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás, cuyas cifras no distinguen entre combatientes y civiles. Sus cifras son consideradas por la ONU y muchos expertos independientes como la estimación más fiable de víctimas en tiempo de guerra.