Alberto Núñez Feijóo ha presentado en Murcia una reforma migratoria por puntos que daría prioridad a la "cultura próxima" y contempla la expulsión de inmigrantes que cometan delitos, en un debate marcado por las críticas de Vox y la respuesta del Gobierno.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, presentó el domingo en Murcia una propuesta de reforma migratoria que contempla la creación de un sistema de visado por puntos, inspirado en los modelos de países como Canadá, Australia o el Reino Unido. La medida daría prioridad a los inmigrantes procedentes de "culturas próximas" y condicionaría su entrada a la existencia de un contrato laboral, al conocimiento cultural y a la capacidad de integración.
Feijóo subrayó que su plan endurecería las sanciones para quienes incumplan la ley. Según detalló, los delitos graves implicarían la pérdida automática del permiso de residencia, mientras que los reincidentes en delitos leves tampoco podrían aspirar a permanecer en España. Además, defendió que las ayudas sociales, como el Ingreso Mínimo Vital (IMV), deban vincularse a la búsqueda activa de empleo, evitando que se conviertan en la única vía de subsistencia para quienes lleguen al país.
El dirigente popular presentó su propuesta en un acto denominado 'Declaración de la Región de Murcia', donde aprovechó para marcar distancias tanto con el PSOE como con Vox. "Cada inmigrante no es una víctima, como sostiene el PSOE, ni un delincuente por defecto, como afirma Vox. Ninguno de los dos extremos es verdad y, en consecuencia, la solución no es ni regularizarlos a todos ni echarlos a todos al mar. Es poner orden y aplicar la legalidad de una vez por todas", señaló.
Abascal contraataca: "Son mentiras y manipulaciones"
El líder de la ultraderecha española, Santiago Abascal, acudió a X el domingo para criticar con dureza a Feijóo por su discurso, acusándole de "demonizar" a Vox. En sus redes sociales, el líder de la formación ultra reprochó que el candidato del PP no basta con "engañar a sus votantes", sino que también debe "preparar su nuevo pacto con el PSOE". Abascal fue más allá al afirmar que Feijóo "miente y estafa igual que Sánchez" y que esas afirmaciones sobre inmigración buscan debilitarlos electoralmente.
Desde el Ejecutivo español, la respuesta tampoco se hizo esperar. El Gobierno de Pedro Sánchez rechazó de plano la idea de vincular la inmigración a criterios de "cultura próxima" y acusó al líder del PP de deslizar un discurso "excluyente y discriminatorio". La ministra de Inclusión y Migraciones, Elma Saiz, subrayó que España necesita mano de obra extranjera en sectores como la agricultura, la hostelería o los cuidados, y que la prioridad debe ser garantizar vías seguras y legales de entrada, así como políticas de integración que refuercen la cohesión social.
Además, Saiz subrayó que, tal y como establece la ley actual, "se deberá tener residencia legal y efectiva en España y haberla tenido de forma continuada durante al menos un año" para poder recibir el Ingreso Mínimo Vital. "El 83% de las personas que reciben el IMV son españoles. Los restantes, en su mayoría, son hogares con niños a cargo. El nivel del PP es lamentable", prosiguió.
La propuesta de Feijóo se enmarca en un debate cada vez más presente en Europa, donde varios países han endurecido sus políticas migratorias en los últimos años. Alemania y Francia han reforzado los controles fronterizos y vinculado permisos de residencia a la integración laboral, mientras que Italia ha aprobado medidas más restrictivas bajo la presión de la ultraderecha.
En paralelo, la Comisión Europea ha impulsado el Pacto sobre Migración y Asilo para armonizar la gestión de los flujos migratorios en la Unión, aunque las diferencias entre Estados miembros siguen siendo notables.