El Gobierno de EE.UU. cerró a medianoche hora local tras fracasar la prórroga de fondos en el Senado. Trump culpa a los demócratas, mientras 750.000 empleados federales enfrentan suspensiones y crece la disputa por subsidios sanitarios y Medicaid.
El Gobierno de Estados Unidos quedó paralizado el miércoles a medianoche (6:00 CET), tras fracasar en el Senado el último intento republicano de extender la financiación federal durante siete semanas más.
La propuesta necesitaba 60 votos para ser aprobada, pero los republicanos, con solo 54 escaños, no lograron el respaldo suficiente. El resultado final fue de 55 votos a favor y 45 en contra, insuficiente para evitar el cierre. Los demócratas aprovecharon esta circunstancia para presionar sus demandas políticas.
Entre sus exigencias figura la prórroga inmediata de los subsidios sanitarios, en un contexto en el que los ciudadanos ya están recibiendo notificaciones de aumentos en las primas para el próximo año. También reclaman revertir los recortes aplicados a Medicaid.
El cierre afectará a unos 750.000 empleados federales, que serán suspendidos o incluso despedidos temporalmente por la Administración Trump. Tras la votación, la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca ordenó a las agencias "ejecutar de inmediato sus planes para un cierre ordenado".
Trump culpa a los demócratas
Las negociaciones se habían estancado desde el martes, cuando ambas partes se acusaron mutuamente del inminente bloqueo y se negaron a ceder posiciones. El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, acusó a los republicanos de intentar "intimidar" a su bancada al rehusarse a negociar sobre la ampliación de los créditos fiscales de la Ley de Asistencia Asequible, que expiran a fin de año.
"Esperamos que se sienten con nosotros a dialogar", dijo Schumer tras la votación. "De lo contrario, serán los republicanos quienes conduzcan al país directamente a un cierre esta medianoche".
Por su parte, el presidente Donald Trump advirtió el martes que el cierre era "probablemente inevitable" y responsabilizó a los demócratas. Además, amenazó con represalias políticas, asegurando que el parón podría implicar "recortar un gran número de empleos, programas y servicios que les gustan".
El último cierre del Gobierno estadounidense se prolongó entre diciembre de 2018 y enero de 2019, también bajo la presidencia de Trump, debido a una disputa sobre inmigración y seguridad fronteriza.