El Gobierno de España comunica a la coalición humanitaria que el buque Furor no entrará en la zona de exclusión israelí, a 150 millas de la costa de Gaza, ni defenderá a sus integrantes en caso de ataque o abordaje.
La Flotilla Global Sumud, que transporta ayuda material y a varios activistas hacia las costas de Gaza para evidenciar el bloqueo militar y humanitario israelí, ha denunciado la aproximación de un buque militar a la altura de la costa de Egipto, fronteriza con el enclave palestino. La coalición humanitaria ha asegurado que era un navío israelí.
El buque, según el activista Thiago Ávila, dañó los sistemas de comunicación de algunos de los barcos de la flota, incluidos los barcos de cabeza Alma y Sirius, y realizó "maniobras muy peligrosas". En una publicación en el perfil de Instagram de Ávila, se puede ver un gran buque rodeando a las embarcaciones que componen la flotilla.
No está claro si el barco al que el activista acusa del ataque era efectivamente israelí, dado que la visibilidad era limitada. 'Euronews' ha revisado el vídeo y no puede verificar de forma independiente la identidad del buque. La flotilla ya ha sido atacada durante su viaje por el Mediterráneo desde que partió del puerto de Barcelona hace semanas: durante su parada en Túnez fue disparada por un dron de origen desconocido, sin provocar daños mayores.
"A pesar de la pérdida de dispositivos electrónicos, nadie ha resultado herido y seguimos rumbo a Gaza para romper el asedio y crear un corredor humanitario", ha declarado Ávila en Instagram. El grupo afirmó el miércoles en una publicación en Telegram que sus buques se encontraban a unas 120 millas náuticas (222 kilómetros) de Gaza cuando se les acercaron múltiples embarcaciones no identificadas.
"Buques no identificados se acercaron a varios barcos de la flotilla, algunos con las luces apagadas. Los participantes aplicaron protocolos de seguridad en previsión de una interceptación. Las embarcaciones ya han abandonado la flotilla", reza el mensaje. No está claro si en el presunto ataque participó más de una embarcación.
El grupo de activistas asegura que está decidido a superar a las flotas anteriores y llegar a Gaza en esta ocasión. Las dos últimas misiones que zarparon fueron detenidas sin conseguir su objetivo: la Madleen, en junio, fue interceptada por buques israelíes a unas 100 millas náuticas de la Franja, mientras que la Handala alcanzó las 57 millas de distancia con respecto al litoral gazatí.
Varias naciones europeas, entre ellas España e Italia, han dado escolta a la flotilla en parte de su recorrido, tras nuevos ataques con aviones no tripulados cerca de Grecia. Al igual que su homólogo español, el Gobierno italiano también ha advertido a los activistas que no vulnerarán la zona de exclusión establecida de forma unilateral por el Gobierno israelí.
Según el Derecho internacional, un territorio puede ejercer soberanía sobre su plataforma continental (que se extiende de forma aproximada y variable unas 200 millas o 370 kilómetros) pero de forma limitada, focalizándose en el lecho marítimo y en la explotación de recursos naturales. En cambio, la defensa y la potestad militar se limita a las 12 millas (unos 20 kilómetros) de la línea de costa.
Estos ataques se producen mientras las fuerzas israelíes siguen intensificando su ofensiva sobre Gaza, que en una semana alcanza la marca de dos años. Según fuentes médicas palestinas, al menos 42 personas murieron en los ataques del martes en todo el territorio asediado, principalmente en el norte, donde las Fuerzas de Defensa de Israel están llevando a cabo operaciones terrestres en Ciudad de Gaza. Cerca de otras 200 resultaron heridas.
El número de muertos también ha superado ya los 66.000, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por el brazo político de Hamás, cuyas cifras no distinguen entre víctimas civiles y combatientes. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desveló el lunes un plan de paz de 21 puntos para Gaza junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una reunión en el Despacho Oval.
El plan contemplaría la liberación de todos los rehenes que aún permanecen cautivos de Hamás en Gaza, unos 50, de los que se cree que aproximadamente la mitad siguen con vida. También contemplaría la disolución de Hamás, a cuyos miembros se otorgaría un salvoconducto para salir de Gaza hacia otros países (o una amnistía si optan por permanecer en el enclave) y el nombramiento de un Gobierno provisional de supervisión, dirigido por el ex primer ministro británico Tony Blair.
Trump afirma que "todos los países árabes" han aceptado su propuesta, junto con Israel, aunque países como Qatar han ofrecido una perspectiva diferente, afirmando el martes que son necesarias "más negociaciones" antes de poder respaldar su plan. Trump también señaló que Hamás es la última parte que debe aceptar este acuerdo para que salga adelante, instándole a aceptar esta propuesta y advirtiéndole de graves consecuencias en caso de no hacerlo.